"Llevo más de un año intentando alquilar el Auditorio de Tenerife y siempre me dan largas. No lo entiendo, porque no pido que me regalen nada, voy a pagarlo. Alegan que está ocupado, que el programa ya se ha definido o que lo estudiarán, pero todo han sido largas cuando en el resto de sitios nos han dado las máximas facilidades". Lo asegura Rafael Oliver (Palma de Mallorca, 1952), empresario cultural y organizador de espectáculos desde 1975. Está en Canarias con el Ballet de Moscú, cuya gira organiza su productora, Factoría Cultural, especializada en representar con pequeñas compañías el teatro clásico inglés, sobre todo de Shakespeare, o zarzuelas.

¿Cómo surgió la posibilidad de realizar esta gira por Canarias?

Canarias está siempre en nuestro calendario. Esta idea ya la desarrollé en mi tierra, donde he intentado siempre llevar los espectáculos a Menorca, Ibiza o Formentera y que todo no se centre en Mallorca porque en las islas también hay centralismo de las mayores hacia las pequeñas. Estuvimos en La Palma durante la Bajada de la Virgen del año pasado y reunimos a miles de personas en el recinto ferial. A partir de ahí, hicimos giras en Santa Cruz, concretamente el pasado verano en el Guimerá, donde incluso ofrecimos una masterclass gratuita, y en el teatro Leal de La Laguna. Nos interesa fomentar el amor por la danza y por eso hacemos muchos descuentos, sobre todo a la gente de las academias, la cantera del ballet. El "boca-oreja" ha sido la clave para volver.

¿Cuánta gente han desplazado y qué espectáculo han traído?

Unas cuarenta personas entre bailarines, treinta, y técnicos. No es sencillo, sobre todo por el transporte, aunque hemos contado con la colaboración de la naviera Armas. Respecto al espectáculo, no podemos arriesgar, así que traemos las versiones clásicas de los más clásicos. En este caso, "El Cascanueces"; en otros, "El lago de los cisnes". Cuando hicimos "Don Quijote", curiosamente, es cuando menos éxito de público tuvimos.

¿Cómo ha sido la experiencia de llevar la danza a La Gomera?

Inolvidable por el impacto en la gente. En La Palma adaptaron las canchas del IES de Los Llanos y quedó muy bien, aunque lo ideal sea un teatro. Respecto a La Gomera era la primera vez que iba un ballet de este nivel. Se creó un clima único con gente muy agradecida que demostró su respeto por los artistas. Hemos demostrado que con capital privado es posible llevar danza de primer nivel a las islas no capitalinas. Eso es un orgullo porque un cuarenta por ciento de los que vienen a nuestros espectáculos acude por primera vez a ver danza. Solo ha faltado El Hierro que queda para una siguiente ocasión, pero esta vez no fue posible por problemas de falta de espacio.

En Tenerife han estado en Adeje y La Orotava ¿Por qué no en el área metropolitana?

Ya estuvimos otras veces, pero tenemos una espinita clavada: el Auditorio de Tenerife. Llevo un año luchando para que me lo alquilen y solo he recibido largas. He alquilado auditorios en todas las capitales de provincia, incluida Las Palmas (hoy actúan en el Alfredo Kraus) y siempre me han dado facilidades, salvo aquí.

Lleva mucho tiempo trabajando con artistas rusos.

Son excelentes personas y grandes profesionales. Sacrificio y disciplina los caracterizan en un trabajo duro, pero que para ellos es como una forma de vida desde niños. Siempre están dispuestos, de madrugada si hace falta, y no fallan en su rutina de tres horas de ejercicios antes de cada actuación.

¿Hay que estar loco para organizar espectáculos en crisis?

Hace años que aparté de mi programación el circuito de los políticos y las subvenciones. Cuesta, hay que trabajar mucho, pero es posible autofinanciarse. Un problema son los derechos de autor. Hay que respetarlos y cuidarlos, "pelotazo" de la SGAE aparte, pero tengo la mala experiencia de la zarzuela, en la que setenta años después de muerto hay que seguir pagando por las obras de Moreno Torroba a sus herederos.