Hija de una toledana y de un exmilitar estadounidense que vino destinado a España, Megan Maxwell (1965) está considerada como uno de los nuevos valores de la novela romántica que se hace en este país. "Tengo claro que el tipo de literatura que hago no gusta a todos los editores, pero hay muchos lectores que creen lo contrario", precisa la escritora nacida en Nüremberg. Descubierta en 2009 a partir de la excelente acogida que tuvo su obra "Te lo dije", en menos de tres años ya ha publicado siete títulos. "Un escritor recibe muchos noes antes de tener un poco de suerte", precisa una autora que ayer firmó en la capital tinerfeña ejemplares de "Las ranas también se enamoran", su conquista más reciente.

¿Por qué en un país que cuenta con una gran tradición poética el género romántico se mueve en unos niveles más limitados?

En España nunca se ha tratado bien a la novela romántica. No importa que la temática de las historias que escribes tenga un enorme potencial entre los lectores, todos ponen unas caras muy raras cuando escuchan que hago libros románticos.

La condición femenina es uno de los ejes de su obra; ¿una mujer moderna y reivindicativa?

Mis mujeres son muy aguerridas y tienen mucho peso en la sociedad del siglo XXI. En mis libros no se desmayan o actúan como si fueran seres desvalidos; me gusta que tengan el control de la acción.

¿Mujeres distintas a las que aparecen en las novelas de Elizabeth Lowell, Julia Quinn o Sabrina Jeffries?

A mí siempre me han gustado sus libros y me lo he pasado muy bien con ellas, pero al final terminaba preguntándome por qué sus mujeres eran tan delicadas, tan frágiles.

¿Hacerse un hueco en la literatura desde este "escaparate" es más complicado?

Las autoras americanas e inglesas son las grandes dominadoras de un género que en estos momentos en España está teniendo un protagonismo mayor debido a la crisis, ya que las editoriales están apostando por autoras españolas porque han visto que aquí hay buenas historias y, además, se ahorran dinero en las traducciones. Destronar a las reinas de la novela romántica es una misión muy difícil...

¿De alguna forma siente que está "compitiendo" con esas escritoras extranjeras?

No creo que se trate de una competencia, pero de alguna manera sí que estoy diciendo que yo también sé hacer lo que ellas hacen. A mí me gustaría vender tantas novelas como Rachel Gibson, que tiene un estilo muy parecido al mío, o como Susana Elizabeth Phillips, pero mi situación es otra. Tengo claro que el tipo de literatura que hago no puede gustar a todos los editores, pero hay muchos lectores que piensan lo contrario.

¿En qué registro creativo percibe que está más cómoda?

La mayoría de los escritores intentamos evitar que los lectores y la crítica encasillen nuestro trabajo y en eso estoy yo... Gran parte de lo que hago es "chick lit", pero también he escrito fantástico, medieval, contemporánea, incluso tengo un "thriller" sin publicar... Estoy a gusto en la novela romántica.

¿Le abruma que la sitúen como un referente del "chick lit" que se hace actualmente en España?

Sí que asusta un poco porque para mí un referente del "chick lit" que se hace en estos momentos en lengua inglesa es Marianne Callies o Candace Bushnell, en el caso del ejemplo de Estados Unidos, quien tiene mucha aceptación a partir de los relatos que terminaron por dar forma a la serie "Sexo en Nueva York". La única diferencia es que dicen que "chick lit" es ibérico o cañí (ríe)... Te quedas con la sensación de que he conseguido que se me reconociera en un género.

¿La serie de televisión "Sexo en Nueva York" podría tomarse de ejemplo para explicar el auge de este género literario?

"Sexo en Nueva York", "Mujeres de Manhattan" u otras series con este perfil han abierto un camino novedoso para la novela romántica que en algunos casos aún está por descubrir. Las mujeres que ven ese tipo de proyectos no los catalogan como si fueran novelas de género romántico, pero por las tramas que se plantean sus capítulos entrarían perfectamente en este género.

A pesar de que lleva poco más de tres años publicando, el número de novelas en catálogo ya es muy interesante para una autora que sigue buscando su espacio, ¿no?

No me puedo quejar. Ya son siete libros publicados y cuatro más que saldrán en 2012, pero detrás quedó un proceso creativo que se alargó durante unos 15 años. Un escritor siempre recibe muchos noes antes de tener un poco de suerte. Lo que he hecho es rentabilizar todos mis proyectos. De hecho, en enero de 2012 el sello Planeta va a sacar una colección de ebook a nivel mundial que va a contar con una de mis novelas.

¿Usted, en calidad de vicepresidenta de la Asociación de Autoras Románticas de España, qué análisis hace sobre el momento que vive este estilo literario dentro del territorio nacional?

No es malo, pero tengo la sensación de que a las creadoras de aquí nos exigen el doble que a las que hacen el mismo trabajo que nosotras en cualquier otro país. España tiene buenas escritoras románticas y los lectores deben leer sus novelas en igualdad de condiciones; sin mirar el lugar en el que nacieron.