El director de orquesta y compositor italiano Riccardo Muti, que la semana pasada recibió en España el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2011, defendió en declaraciones en Shanghái, donde actúa hoy, la importancia de cuidar la cultura en una época de crisis como la actual.

"Cuando hay un momento de crisis, generalmente los políticos recortan (los presupuestos) en cultura, y esto es algo absolutamente equivocado", sostuvo Muti, que hoy dirigirá por segunda vez en su carrera a la Orquesta Sinfónica de Shanghái, y que el domingo se estrenará también en Pekín.

"Como sabemos, en cada país, cuando llega un dictador, lo primero que hace es controlar a la gente de la cultura, porque la cultura es una de las armas más peligrosas, dicho en un sentido positivo, nunca de manera negativa", afirmó.

"La gente de cultura tiene una visión del mundo amplia, basada en la libertad, la democracia y otros elementos que pueden hacer a la sociedad mejor, ésa es la razón", señaló.

Muti hizo estas declaraciones al ser preguntado por lo que ocurrió en marzo pasado en el Teatro de la Ópera de Roma, cuando durante el famoso coral "Va, pensiero" de la ópera "Nabucco" de Verdi rompió con el protocolo e invitó a cantar a un público encendido por escuchar esas palabras con oídos del siglo XXI.

El detonante fue el verso "Oh mia patria, sì bella e perduta" ("Oh, patria mía, tan hermosa y echada a perder"), que provocó un calor especial en los aplausos del público y, con la repetición, un improvisado discurso de Muti ante los recortes anunciados por Berlusconi en financiación cultural.

"El público quería una repetición", explicó Muti, y añadió que pidió al auditorio "que cantara de nuevo, para darle a este coro su auténtico significado, de cuando la gente pide libertad y hermandad, y todo el público se levantó, fue un momento muy conmovedor".

El gesto, que recordó en parte al espíritu de unidad de los italianos cuando en el siglo XIX coreaban, tras las óperas de Verdi, "viva V.E.R.D.I.", como acrónimo de "Viva Vittorio Emanuele Re D''Italia" (por el futuro rey Víctor Emanuel II de Cerdeña, luego primer rey de la Italia unificada en 1861), finalmente funcionó.

"Dos días después recibimos un fondo del Ministerio de Finanzas, la luz verde para solucionar los difíciles problemas del teatro y de la música en Italia", resumió Muti.

Y es que, como dijo también ante un grupo de periodistas chinos, "el arte no es un entretenimiento, sino algo que requiere implicación y que, de alguna manera, es también un esfuerzo que tienes que hacer".

A juicio de Muti, la cultura es vital en nuestro tiempo porque, "hace que la gente sea más delicada por dentro".

El director napolitano, titular de la Sinfónica de Chicago, que se estrenó el pasado enero en Shanghái con un concierto de año nuevo con música italiana, vuelve ahora a China con música vienesa de Mozart, Schubert y Mahler.

"Estoy muy impresionado por el crecimiento de China en dirección de la cultura musical europea, y ahora hay muchos músicos que vienen de esta parte del mundo, no sólo músicos de orquesta sino también solistas, directores, pianistas, violinistas, cantantes", comentó.

El músico dijo a la prensa china que considera esa oferta cultural "un hecho importante, porque la música es el elemento más poderoso que tenemos hoy en día para reunir a la gente".

Recuperaba así las ideas de su discurso de aceptación del Príncipe de Asturias en Oviedo, que describió como un "honor maravilloso" y "uno de los premios más importantes del mundo".

"En este mundo difícil en el que vivimos, lleno de guerras, de odio, con naciones tan agresivas unas contra otras", dijo, "he podido comprobar que la música siempre puede reunir a la gente, y que lo que las guerras no pueden hacer, la música puede crearlo".

"La música puede ayudar a hacer del mundo un lugar mejor en el futuro", concluyó, "y esa es la razón por la que estoy aquí en Shanghái y en Pekín".