Editorial Planeta presentó ayer en Barcelona la edición número sesenta de su premio literario de novela, al que este año se han presentado casi quinientos originales, en concreto 484, de los cuales uno se alzará hoy con el galardón mejor dotado de las letras hispanas (600.000 euros).
El presidente del grupo Planeta, José Manuel Lara, compareció ayer en el encuentro informativo de presentación con los miembros del jurado Alberto Blecua, Ángeles Caso, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regás y Carlos Pujol. Lara recalcó el hecho de que, desde que se instauró el premio, se hayan recibido 19.000 originales, aunque solo se hayan publicado entre 200 o 300 en estos sesenta años de historia.
Lara argumentó como muestra del crecimiento del Planeta el hecho de que desde los 175 ejemplares de media que optaban al premio en la década de los cincuenta del siglo XX se haya pasado a los quinientos actuales. Asimismo, defendió la aparición del libro digital no como un problema sino como un camino de futuro para los editores y la edición. En este sentido, marcó tres grandes líneas de actuación para las empresas editoras como la suya.
En primer lugar, defendió que todo el ahorro en el libro digital debe ir siempre en beneficio del lector para abaratar el producto que llega a sus manos. Por otro lado, defendió que el autor reciba lo que le corresponde por su obra, “ni un euro menos”, recalcó. En este sentido afirmó: “No veo a Rosa Regás (presente en el acto) o a Ana María Matute haciendo bolos como Joaquín Sabina o Serrat en una plaza de toros”.
El tercer nudo argumental de Lara fue la defensa a ultranza de la propiedad intelectual. Lo dejó claro con un dato: desde el inicio de la llamada Ley Sinde, entre enero y agosto de este año, se dieron de baja veinte mil páginas ilegales en internet que en apenas unos días fueron sustituidas por otras tantas.
Insistió en la idea de que “todos vamos a pagar el querer mutilar la posibilidad de creación y el matar de hambre a los creadores”.
Lara concluyó con una anécdota: “Visitaba un día una imprenta con mis hijos y me preguntaron: Si no haces el libro ni tampoco lo escribes, ¿cuál es entonces tu trabajo? Les contesté lo que un día me dijo mi padre: Mi trabajo consiste en poner en contacto a un señor que tiene algo que decir con la mayor cantidad de gente que lo quiera escuchar”.
Carlos Pujol, que cumple cuarenta años como miembro del jurado, valoró el material presentado a concurso:“Es curioso, pero parece que se ha superado la temática de la Guerra Civil y la posguerra, que eran recurrentes hasta ahora. De hecho, solo una de las diez novelas finalistas trata, y de manera tangente, sobre eso. Se impone relatar asuntos cosmopolitas, de fuera de España, tal vez porque las nuevas generaciones han viajado más, no sólo en el plano físico, sino también en internet. De ahí que cuenten muchas historias cuya base es la fantasía. Es un decorado nuevo porque hasta hace muy poco resultaba bastante complicado encontrar una novela que se presentara a este premio sin tener a España como escenario real o figurado”.
Respecto a los pronósticos, hermetismo oficial absoluto. En lo oficioso, apunten: mujer, sudamericana y con seudónimo o algún Javier, que hay muchos, hasta Clemente. Cosas del Planeta