Cuatro décadas se concentran en torno a las dieciséis piezas que se exhiben en la Fundación Cristino de Vera-Espacio Cultural CajaCanarias de La Laguna. "Cristino de Vera a la luz del tiempo" iluminará hasta el próximo 1 de octubre un recinto que en sus dos años de historia ya ha acogido firmas tan relevantes en el mundo del arte como las de Chillida (octubre-diciembre 2009), Luis Fernández (febrero- mayo 2010), Joan Miró (octubre- diciembre 2010) y Oramas (enero abril 2011). El círculo abierto el 28 de julio de 2009, con ocasión de la muestra "Cristino de Vera: en las colecciones canarias 1954-1984", se cierra con la inauguración de una colección que reúne óleos, dibujos y varias esculturas.

Más del cincuenta por ciento de las piezas que se exhiben en el edificio de la calle San Agustín de La Laguna son inéditas en el circuito expositivo. De hecho, alguna de las obras forman parte de la colección que tiene en propiedad CajaCanarias y han sido catalogadas por primera vez con motivo del montaje de "Cristino de Vera a la luz del tiempo". El Museo Arqueológico y el Museo Canario, asimismo, han colaborado con la cesión de varias piezas arqueológicas que se pueden ver en la sala acondicionada para dar cabida al Cristino de Vera más ancestral.

Cristino de Vera, que ya acumula más de seis décadas al servicio del arte, exhibe en esta exposición su espacio más sagrado. "La intención con la que nace este proyecto es la de ampliar el diálogo que este artista ha establecido con la sociedad", comenta Clara Armas de León, directora de la Fundación Cristino de Vera-Espacio Cultural CajaCanarias, respecto a un creador que, a juicio de esta experta, "nunca ha bebido de la cultura aborigen. Eso es algo que no cabe en su imaginación", precisa Armas de León.

La convivencia de la pintura y la escultura en un único espacio no es una novedad en la trayectoria de Cristino de Vera, ya que éste fue el primer pintor que consiguió que sus cuadros ocuparan un lugar de privilegio en el Museo Arqueológico Nacional (Madrid). "Pintura y arqueología se fusionan en una propuesta novedosa, pero que está desposeída de elementos exóticos de la cultura canaria. Él nunca ha tenido como referente a la cultura de los antepasados canarios, sino que ideó su propio mundo silencioso.

"El sentido de la obra de Cristino de Vera tiene como punto de partida el silencio; el vacío que se crea a partir de los elementos que forman parte de sus composiciones. Él no es un creador de paisajes, pero desde su ventana creativa da vida a un conjunto de emociones y sentimientos humanos que se originan de la nada. Ahí es donde Cristino de Vera va dando forma a un espacio sagrado", explica De León sobre un misterioso recorrido iconográfico que empezó a tomar forma en el año 1971.

La Sala de Arte y Cultura de la Caja General de Ahorros de San Cristóbal de La Laguna ya acogió hace cuatro décadas la que fue la primera exposición antológica de Cristino de Vera. Entonces, no era un secreto los sólidos lazos culturales que unían a este autor con el prestigioso escritor Domingo Pérez Minik (1903-1989). El éxito de la propuesta de Cristino de Vera fue de tal envergadura que las obras se trasladaron al Círculo de Bellas Artes de la capital tinerfeña, tras la intervención del pintor y crítico de arte Eduardo Westerdahl.

El amor y el interés que el autor siente por el legado de sus antepasados es, sin duda, la semilla a partir de la que germina una exposición dominada por tres ejes centrales: la belleza, el silencio y el vacío. Este triángulo existencialista está presente en los dieciséis títulos (dibujos y óleos) que pueden verse de lunes a viernes, de 11:00 a 13:00 horas y de 17:00 a 21:00 horas, o los sábados entre las 11:00 y las 14:00 horas o, por la tarde, entre las 17:00 y las 20:00 horas. "Desde que se inauguró este centro de exposiciones nos hemos volcado en la difusión del arte contemporáneo y, sobre todo, de la obra de Cristino de Vera. Se trata de un autor que hay que ver por la intensidad de sus pensamientos, algo que se percibe con nitidez en su obra literaria", dijo De León.

"Las casas del tiempo" se unen en esta ocasión con las vasijas en las que concentra el dolor humano, la oscuridad de la noche, la melancolía... Cuestiones que conforman un universo laberíntico en el que las matemáticas (el valor geométrico de sus composiciones) siempre acaban rendidas a la capacidad que tiene Cristino de Vera para desprenderse de su yo.

"El valor de la obra de Cristino de Vera, algo que no está sujeto a la duda, supera lo que hoy (por el día de ayer) estamos presentando en la que es su casa. Estamos ante un creador único", destacó de un artista que, entre las muchas distinciones que ha recibido, destaca el Premio Canarias de las Artes, la Medalla de Oro de las Bellas Artes y el Premio Nacional de Bellas Artes.

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