Lleva años "caminando" sobre una delgada línea que separa lo público de lo privado, el placer perseguido del gozo malpagado, a un anónimo durmiente de un púgil que estudia cómo lanzar su próximo golpe... El fotógrafo herreño Alexis W. exhibe su obra en las dos capitales canarias. La colección "El viaje" está en el Espacio Cultural El Tanque de Santa Cruz hasta el próximo 13 de agosto y la serie "Hetarias, cartografías literarias" se puede ver en el CAAM de Las Palmas hasta el 10 de julio.

"El sujeto es mi área de interés", reconoce un creador que en su travesía artística ha avanzado desde el territorio del cuerpo al retrato: "Todo queda reducido a un cruce de miradas entre el retratista y el retratado", reconoce el inventor de "El viaje". "Llevo trabajando más de un año y medio en este proyecto y al final he encontrado a un excelente colaborador en la figura del comisario Santi Palenzuela", señala en referencia a la muestra que se inauguró el pasado 3 de junio en El Tanque.

El "alma" dormida

Setenta personas duermen en la "mirada" fotográfica que exhibe en El Tanque. Esta idea empezó a agitar su imaginación en el año 2006 y llegó a buen puerto hace unos meses: parte de la obra estuvo colgada en diferentes balcones de la calle Pelayo de Madrid en el marco de la VII edición de "La ventana indiscreta" que se celebró en 2007.

"Este es un espacio muy emblemático e impresionante que empequeñece tu obra", dice en relación al lugar en el que se presenta "El viaje". A partir de ese esquema, Alexis W. organiza sus imágenes en una especie de "puzzle" visual en el que se deforman los rostros con la intención de que el público los pueda reconstruir. "Plantear una exposición no tiene sentido si no se abre un diálogo entre lo que propone el artista, el espectador y el lugar en el que se exhiben las obras", enumera.

Los durmientes que componen "El viaje" quedaron atrapados en una fotografía durante distintas travesías marinas entre las Islas. "Al principio le quise dar un tono más figurativo, pero la idea evolucionó a algo más abstracto. Es una especie de guiño a la pintura", resume Alexis W. segundos antes de descubrir el secreto de la exposición. "Las imágenes están proyectadas en el espacio y todo guarda cierto paralelismo con la obra de David Teniers "El Joven" -un pinto flamenco-, pues la pintura se amontona sin piedad ni compasión en la pared. Ese aplastamiento visual lo he forzado para que las imágenes dominen el espacio", explica.

Prostitutas y perros

Madrid, capital en la que reside de forma habitual desde hace más de 15 años, ha sido el mejor banco de pruebas de la obra de Alexis W.. Allí, exhibió hasta en nueve ocasiones la serie "La ventana indiscreta", una iniciativa que sirvió de lanzadera a la colección que estos días se puede visitar en CAAM de Las Palmas.

Veinticuatro prostitutas y setenta y cuatro relatos literarios proponen un viaje sensual a los consumidores de "Hetarias, cartografías literarias", una iniciativa que empezó a tomar cuerpo a partir de la marcha organizada en el año 2002 en Madrid para llamar la atención por la defensa de las mujeres trabajadores del sexo: las caretas que se usaron en la manifestación son las mismas con las que están retratadas en el CAAM. "Ellas no necesitan que nadie las salve, ya que hacen con sus cuerpos lo que quieren... Lo único que exigen son sus derechos laborales como trabajadoras de sexo", aclara en relación a la idea que ha querido transmitir en las fotografías.

El poder de la imagen se acompaña con una colección de relatos -donde abundan grandes firmas de la cultura, la literatura y el periodismo español- que tienen como punto de partida el universo de la prostitución.

Alexis W. trabaja actualmente en dos series que tienen que ver con el boxeo y los perros abandonados. "No busco solamente al perro que se siente solo, sino al que busca la mirada del retratista, a los que son un poco mariquitas por culpa de sus propietarios, que los visten y los cuidan sin pensar que son solo perros", dice un artista que admite que no ser el mejor ejemplo del canario que sale de su tierra y olvida sus raíces: "Yo me formé fuera, pero siempre tengo la necesidad de volver a casa", concluye.