No por esperada, la noticia de la muerte María Rosa Alonso, una de las máximas figuras intelectuales que ha dado Tenerife y uno de los grandes exponentes de las letras canarias, ha dejado de afligir a un Archipiélago que mañana celebrará su Día, ya huérfano de la insigne escritora e historiadora.

Fuentes de la familia confirmaron ayer el fallecimiento a los 101 años de edad, pasadas las once de la noche del pasado viernes, de María Rosa Alonso, cuyas exequias se realizaron en la tarde de ayer en la más estricta intimidad, sin responso ni ceremonia religiosa, como María Rosa Alonso dejó determinado en su testamento.

"Las cenizas serán esparcidas al mar en la costa de la Punta del Hidalgo", aseguraron dichas fuentes horas antes del sepelio.

La muerte de la escritora se produjo -añadieron portavoces de la familia- en la clínica Devida del Puerto de la Cruz, donde la investigadora llevaba tres años y medio ingresada. "Estaba muy tranquila cuando llegó el momento, pero su salud se había deteriorado bastante en los últimos tiempos, con una caída que le produjo la rotura de la cadera y problemas severos en órganos vitales como los riñones", detallan.

"La familia solo puede decir que, aparte de la enorme tristeza por su pérdida y su incalculable valor como persona, se va con ella una de las más grandes de la literatura y la cultura canarias. Para demostrarlo ahí está su elección, el año pasado, para conmemorar el Día de las Letras Canarias. Ese es su nivel, a la par que Mercedes Pinto o Tomás Morales. El 2010 fue el año de su reconocimiento, ya que su pueblo natal, Tacoronte, la declaró hija predilecta y La Laguna, donde residió y trabajo, hija adoptiva. Tan importante como eso fue la divulgación de su vida y de su obra entre los jóvenes en los colegios e institutos. Con eso está todo dicho", concluyeron las fuentes familiares consultadas.

En el ámbito institucional, el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, mostró ayer su pesar por el fallecimiento de María Rosa Alonso y destacó su "enorme contribución" a las letras canarias, lo que le valió el galardón que lleva el nombre de la Comunidad.

"En muchos periodos de su devenir intelectual no lo tuvo fácil pero venció esa circunstancia porque siempre fue una intelectual intrépida", agregó Rivero en un comunicado difundido ayer.

También se hizo eco del fallecimiento la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife, de la que la centenaria escritora era miembro de Honor desde 1982. La junta gestora de la APT destacó su "dilatada labor en el ámbito del periodismo canario, que tuvo su origen en los años treinta del siglo XX, en el rotativo La Tarde".

Y es que los medios de comunicación nunca fueron ajenos a la labor de María Rosa Alonso, quien durante años fue colaboradora de esta Casa. En este sentido, EL DÍA quiere manifestar su más sentido pésame por la muerte de una escritora que, entre sus muchos méritos, atesora el hecho de haber llevado a cabo una de las mejores biografías del fundador de La Prensa, Leoncio Rodríguez, al que de una manera u otra estuvo vinculada a lo largo de su vida.

La autora de "Papeles tinerfeños" dejó también su huella indeleble en la Universidad de La Laguna, a cuyo desarrollo contribuyó decisivamente. Desde la primera institución docente de la Isla, uno de sus más cualificados profesores en el área de Literatura, Juan José Delgado, manifestaba ayer a EL DÍA que Alonso "aportó mucho a la primera ULL" y ha sido y es "un referente para todos aquellos que nos dedicamos al estudio de esta materia".

Delgado señaló "el compromiso" como rasgo de identidad, tanto de María Rosa como de su familia, cualidad que forzó su marcha al extranjero en una época poco propicia a las ideas.

Para quienes la suceden, concluye Delgado, María Rosa Alonso quedará como un ejemplo de intelectual polifacética, comprometida en la indagación de los aspectos humanísticos, y también como autora de algunas de las aportaciones más valiosas al estudio de las letras canarias, entre las que destaca su "Poema de Viana".