"Mahler no era un loco; era un visionario. ¡Que Dios se apiade del género humano si se cumple lo que él ha visto y temido!". Estas palabras fueron pronunciadas a comienzos del siglo XXI por el gran director de orquesta Willem Mengelberg, amigo del célebre compositor bohemio, al que hoy recordará en Tenerife la Orquesta Sinfónica de Viena en el segundo de los programas previstos en el marco del XXVII Festival de Música de Canarias.

Bajo la dirección de Fabio Luisi, el conjunto austriaco volverá a comparecer esta noche -a las 20:30 horas, en la Sala Sinfónica del Auditorio capitalino- para firmar su segundo y último concierto en la Isla, antes de su paso por el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas.

Tras interpretar anoche a Mozart y Brahms, la OSV invocará hoy a otros dos maestros de la música alemana y centroeuropea: Franz Schubert (1797-1828) y Gustav Mahler (1860-1911).

Del primero se ofrecerá la Sinfonía nº 8 "Inacabada", de Franz Schubert , la más popular de su catálogo, que se estrenó en Viena en 1865, ya que permaneció cuatro décadas guardada. La controversia no ha abandonado nunca esta pieza pues nunca se llegó a saber porque Schubert, tras pergeñar veinte compases de un tercer movimiento, correspondiente al scherzo de su sinfonía, dejó ésta limitada a dos movimientos, perfectamente acabados y que le reportaron fama universal.

En la segunda parte, la orquesta interpretará la Sinfonía nº 6 "Trágica" de Gustav Mahler concluida en 1904 y estrenada en 1906.

Los comentaristas de esta obra maestra, empezando por la misma Alma Mahler, le atribuyen una visión profética sobre el drama que se cernía sobre el mundo y sobre el propio compositor, que un año después del estreno sufrió tres golpes consecutivos: la muerte de su hija, la ruptura con la Ópera de Viena y el diagnóstico de la insuficiencia cardiaca que acabaría con su vida en 1911.