EL 13 DE DICIEMBRE de 2010, día de santa Lucía, tuvo lugar en el salón principal del Real Casino de Tenerife la presentación del libro de nuestro dramaturgo Ángel Camacho Cabrera bajo el título que el epígrafe recoge, con un total de cinco obras denominadas "El último tren de la noche", "Basura", "El gozo de vivir", "Diálogo del amor imposible" y "Nena". El libro ha sido editado por Idea, esa editorial que va a cumplir veinte años atendiendo las demandas de los escritores canarios, y que, bajo las siglas TAC (Teatro Ángel Camacho), abre la serie para los autores de las Islas que se dediquen a este género.

Abrió el acto la periodista de la editorial Elena Morales, quien hizo un recorrido por la trayectoria del autor: Premio Nacional Azorín de la Diputación de Alicante (1969), Premios Fundación Martínez Viera (1972 y 1981), Premio de Teatro de Autor (1989), Premios IV y V del Certamen de Teatro Breve de Santurzi (1985 y 1987), Premio Escuela Municipal de Teatro de Santa Cruz de La Palma (1988), por citar solo unos cuantos, aparte de sus obras traducidas al neerlandés y francés y ser homenajeado el Día de las Letras Canarias en 2008, siendo representadas sus obras en la Península y el extranjero. Tomó a continuación la palabra el profesor de Literatura en la Universidad de La Laguna don Rafael Fernández Hernández, quien hizo un exhaustivo análisis de la obra de Camacho y, a continuación, varios actores del Círculo Teatral de Santa Cruz de Santa Cruz de Tenerife leyeron diferentes trozos de las cinco obras que contiene el libro.

Ángel Camacho es un valor para las Islas y referencia obligada cuando se habla de teatro. Su extensa obra no solo tiene proyección internacional por su importancia, sino por los temas abordados de rabiosa actualidad, donde combina el dramatismo, la ironía y, en ciertos momentos, una vena cómica. Él sabe como nadie el manejo del diálogo y la escenificación sin necesidad de acudir a modernismos de difícil comprensión o impresión para el público espectador. Camacho, como bien dijo Rafael Fernández aludiendo a una frase de Domingo Pérez Minik sobre el autor de referencia, sabe como nadie tocar "los timbres de alarma" para tratar y resolver los problemas. Da en la diana en los temas, así como resuelve satisfactoriamente las confrontaciones psicológicas entre los personajes, como es el caso de "El último tren de la noche", un diálogo entre dos mujeres de épocas distintas, con perspectivas y visiones de la vida propias de la época de cada una, y, sin embargo, entre las dos nace la compenetración, la amistad y la ternura. En su drama "Nena" Camacho hace una parodia trágica y real de la vida cotidiana de una pareja inmersa en la frivolidad sin dar prioridad a los valores familiares. Obra con un hondo sentido meditativo para la sociedad actual.

Camacho escribe teatro desde que era un niño y empezó a publicar en 1959. Por lo tanto, esa aproximación e integración a la escena dura ya 51 años, y sigue en la brecha presentándonos los temas cotidianos de la sociedad moderna. En su obra "Basura" está presente el drama del hambre en un espacio abierto y cerrado a la vez, en la noche de cualquier ciudad, que bien pudiera ser la nuestra, porque, por desgracia, es el pan nuestro de cada nocturnidad, cuando esos seres hambrientos rebuscan en los contenedores los desechos de comida que los propios vecinos arrojan en las bolsas de basura, aunque en la actualidad determinados supermercados envían los productos caducados al basurero general, previamente rociados con zotal o lejía para que ni los animales puedan satisfacer sus estómagos vacíos.

Toda la obra de Ángel Camacho está impregnada de un realismo social, y así, trabajando sin tregua, pasando de un género a otro, del drama a la comedia, del realismo al simbolismo, sin olvidar el teatro infantil, cuyo antecedente data en Canarias de don José de Viera y Clavijo (1735-1813), y en el siglo XX Ángel Acosta.

Cualquiera que sea el tema tratado por nuestro más actual e internacional dramaturgo, Camacho, va dirigido a la sociedad ausente de moralidad. Por eso, sus obras, en un lenguaje sencillo y en una puesta en escena de lo más normal, llegan plenamente al corazón del público.