La Academia del Cine se llenó hoy de incondicionales para escuchar el veredicto de sus miembros sobre cuáles (y cuáles no) habían sido las mejores películas de este año y, sin que ello fuera sorpresa, entre ellas estaba "Buried".

La claustrofóbica cinta de Rodrigo Cortés, cuyo nombre, en inglés, se hizo impronunciable para los actores Marta Etura y Jorge Sanz, acabó convertida en "Enterrado" tras múltiples variantes que provocaron desde discretos sonrojos a sonoras carcajadas.

El acto en el que el notario de Madrid, Luis Rueda, hizo entrega de los sobres con los nombres de los candidatos -cuatro nominados por cada una de las 28 categorías- comenzó puntual a las once de la mañana en la sede de la Academia, en la calle Zurbano de Madrid, donde hoy había "overbooking".

Y allí llegaron, en tonos negros, grises y parduzcos, la actriz Marta Etura, elegante con su vestido negro y sus zapatos amarillos; el presidente de la Academia, Álex de la Iglesia, vestido todo de negro, sólo con un toque gris en su corbata, y el actor Jorge Sanz con un informal equipo en grises y marrones.

Sanz tuvo ya el primer patinazo al abrir el primer sobre: las dos primeras nominadas a "mejor canción original" -"In the lap of the mountain", de Víctor Reyes por "Buried" y "Loving strangers", de Russian Red por "Habitación en Roma", le pusieron en el primer aprieto.

Pero salió airoso gracias a que, simultáneamente, una pantalla proyectaba pausadamente -tampoco con mucha fluidez- los carteles de las películas seleccionadas, según las iban nombrando.

Para animar el acto, que estaba siendo retransmitido en directo por primera vez para la televisión, el presidente de la Academia instaba al auditorio a aplaudir los nominados, olvidando por momentos que se dirigía a periodistas poco dados a mostrar sus preferencias, y no a sus colegas del cine.

Para mayor sufrimiento de Sanz y Etura, "Buried" fue seleccionada en diez ocasiones: mejor película, director, guión original, actor protagonista, música original, canción original, dirección de fotografía, montaje, sonido y efectos especiales.

Quedaban otras trampas para los actores españoles, jaleados con comprensión por Álex de la Iglesia: Charly Schmukler, seleccionado por el sonido de "Balada triste de trompeta" inició una lista imposible de reproducir para Marta Etura, con los nombres catalanes y vascos de Marc Orts, Urko Garai y James Muñoz por "Buried"; Ricardo Casals, Fernando Novillo y Dani Fontrodona, por "Pa negre".

Pero el momento del "chiste", que previsiblemente hizo sufrir a Álex de la Iglesia, fue cuando Jorge Sanz retrasó hasta el último lugar la lectura del candidato elegido como cuarto y último nombre del apartado "mejor director". Era, por supuesto, el del presidente de la Academia.

No llegaron a pronunciarse algunos nombres de películas, actores y técnicos que se quedaron sin nominar, y otros llegaron casi de puntillas con el reconocimiento a alguno de sus esfuerzos, entre ellos, Jordi Cadena, por "Elisa K", o Ramón Salazar por "Tres metros sobre el cielo", como candidatos a mejor guión adaptado.

Emma Suárez, como mejor actriz protagonista, hizo llegar a los Goya de este año a "La mosquitera", de Agustí Vila, y Belén Rueda hizo lo propio por "Los ojos de Julia", mientras Álex Angulo aupaba a "El Gran Vázquez" a por el busto del aragonés como mejor actor y Manuel Camacho se erigía en único representante de "Entrelobos", como actor revelación.

Entre las sorpresas, pero menos, la candidatura como mejor director novel para Emilio Aragón por "Pájaros de papel", que también compite como autor de la mejor canción original con "No se puede vivir con un franco".