SOCRATES DEJÓ ESCRITO: "No hay visión tan amplia como la mirada perdida en la lejanía" y hago constancia de este pensamiento porque acabo de, sin pretenderlo, descubrir una nueva forma de ver la aún inconclusa obra de ese maestro y hermano que es José Carlos.

El viene trabajando en la más bella exposición que jamás halla realizado un artista: la historia gráfica de nuestros antepasados Guanches y esto es vital para los canarios, que saben que su grandeza sólo ha sido posible por sus nobles antepasados.

Se trata de la obra monumental, no sólo por su tamaño, sino por la fuerza pictórica de un padre Guanche que ha escalado a uno de los puntos más altos de su isla de Chinet, hoy Tenerife, para poder ver con la mirada perdida en el infinito el pasado, el presente y el futuro unidos en una sola dimensión.

Cuando al autor de esta bella obra le preguntan cómo con cada lienzo de esta colección puede meterse dentro de la piel del padre Guanche para conseguir plasmar lo que en ese lejano instante sentía el hombre, responde como uno de los más notables violinistas de la armonía de todos los tiempos: "Con una buena música, un violín excelente, y un perfecto arco, lo único que he tenido que hacer es juntarlos y quitarme yo de en medio"

El padre Guanche, encima de la última piedra de esa enorme roca que ha conseguido alcanzar, está en ese momento del polluelo de águila que se aferra a su nido sin tener seguro si quiere volar, y abre sus brazos como si batiera sus aún cortas alas para renunciar a la seguridad del inmóvil pasado del hombre isleño y arrojarse al abismo del aire, pero ese, sin lugar a dudas, es el riesgo de la libertad.

Al inicio de este texto les decía que he descubierto, sin pretenderlo, una nueva manera de ver el total de esta exposición y les contaré que se trata de contemplarla, cuadro a cuadro, bajo la más pura visión de la Filosofía, ya que la forma de vivir de esos nobles antepasados era pura filosofía.

Los cuadros se suelen cercar, aprisionar, encajar con el marco, pero toda esta obra Guanche tiene marcos repletos de fuga y de aire.

Si los contemplas con el respeto de la historia viva ves como la lejanía del paisaje es infinita, como se riza el agua de las olas, como desde una orilla canaria se pueden ver todos los caminos de este mundo. La obra de José Carlos no tiene marcos, lo mismo que su Tenerife no tiene más frontera que la de la libertad.

Fernando Gracia