La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife inauguró ayer la exposición "Evolución de las condecoraciones españolas a partir del siglo XVIII" con un acto que contó con la asistencia, entre otras autoridades civiles y militares, del general jefe del Mando de Canarias, José Ignacio Medina Cebrián; del alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo, y del director de la institución que alberga la muestra hasta el próximo 17 de septiembre, Andrés de Souza Iglesias. Los comisarios de este evento histórico-cultural son Antonio Bujalance y Ángel Cabaleiro.

El espacio acondicionado al efecto exhibe doscientas catorce condecoraciones, además de paneles explicativos, cuadros y diplomas que acercan al espectador a un mundo repleto de acontecimientos que dejaron de ser anónimos en el instante en el que la persona distinguida recibió una insignia. Entre tantas piezas, la mayoría de ellas propiedad del Museo de Historia y Cultura Militar de Canarias que se ubica en el acuartelamiento de Almeida, hay un margen de ciento sesenta y siete años que separa la concesión de la medalla más antigua que se puede ver en Aguere (1843) y las que ganaron los soldados españoles en los conflictos bélicos de Kosovo, Afganistán o Líbano (2010).

Andrés de Souza, director de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, destacó el valor histórico de una colección en la que no sólo hay condecoraciones militares. Uno de los expositores acoge, por ejemplo, dos distinciones que instauró el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife para conmemorar el centenario de la derrota del almirante Nelson y otra que reconoce la destacada participación de sus ciudadanos en un capítulo crucial de la Guerra Civil española. Las dos tienen rango civil.

El arte de coleccionar

En una de las vitrinas instaladas en la RSEAPT hay una treintena de medallas no españolas (italianas, inglesas, francesas o dos otorgadas por Polonia y Hungría a integrantes de las Brigadas Internacionales) que completan el material que aportan el Centro de Historia y Cultura Militar de Canarias y varias colecciones privadas.

"Internet ha creado un mercado interesante en torno a la compra y venta de condecoraciones", señaló el comisario Antonio Bujalance.

"Al dueño de una medalla le cuesta desprenderse de ella, pero en cuanto pasa a formar parte de la familia todo es posible, desde que la terminen tirando a la basura a que busquen la mejor oferta. Desde luego, si se pueden conseguir es porque hay un interés mutuo, tanto del comprador como de la persona que pretende hacerse con ella. En cierto modo es como la afición a coleccionar sellos y monedas", apuntó Bujalance.

Más de un centenar de invitados se dieron cita en el salón de actos de la RSEAPT para la presentación de un evento que Fernando Clavijo, alcalde de La Laguna, calificó "como importante para la ciudad, ya que nos permite conocer mejor una parte de la historia que aparece ligada al Ejército".

El general Medina Cebrián, por su parte, precisó que "el éxito de la muestra viene dado por la gran colaboración que ha existido entre los militares y los civiles".

La triple significación histórica, artística y moral de las condecoraciones orientó la intervención de Medina, para quien siempre se debe "poner en honor lo que supone lucir una medalla".

"Reunir más de doscientas cincuenta piezas (diplomas, guiones, medallas y cuadros) en este edificio es el fruto de una buena colaboración entre La Económica, el Ayuntamiento de La Laguna y el Museo Militar; ahora es el público el que debe disfrutar con esta interesante exposición", concluyó el general jefe del Mando Militar.

El proyecto "Evolución de las condecoraciones españolas a partir del siglo XVIII" es uno de los puntos fuertes de la agenda diseñada por la Real Sociedad para las fiestas del Cristo de La Laguna, una cita que llegará a su fin la tarde del 17 de septiembre con una conferencia de Carlos Lozano Liarte, diplomado en Heráldica, Uniformología y Vexilología e investigador militar, quien hablará sobre el origen y evolución de las citadas distinciones.