El escritor gaditano Juan Bolea publica su décima novela, "Orquídeas negras", una historia de amor "de doble fondo" con final de thriller que descubre el "sótano de la naturaleza humana" y que su autor resume como "una novela de amor perturbado.

Bolea (1959), quien calificó la novela como un arte universal y apasionado, dijo hoy en entrevista con EFE que no busca "cambiar al mundo" sino hacer libros entretenidos e historias apasionantes, y se mostró contento con "Orquídeas negras" por contar una historia "como la quería contar".

En ella, Ricardo Dax, un vulcanólogo, llega a la isla de El Hierro para investigar los posibles seísmos y escapar de su tragedia personal. Allí se encontrará personajes extraños que forjarán su destino.

El escritor caracterizó su propia obra como "mágica en el primer tramo y racional en el segundo" y consideró que podrá agradar "tanto a lectores masculinos, por la intriga, como a femeninos, por la historia de amor".

Sin embargo, advirtió, "es de amor, pero no sentimental", donde el amor se compara a "un estallido volcánico" en medio de unas condiciones "extrañas e idílicas" que conviven con "la sombra de unos crímenes", señaló.

Para escenificar su novela, Bolea escogió la isla de El Hierro por ser "el territorio español con mayor misterio, donde la naturaleza no da reposo" y por considerarla un reflejo del sentir de los personajes.

Ahí, en un "clima de alucinación", los protagonistas se sienten "apresados y enclaustrados" y el amor se concibe como una patología.

Son, dice el autor, personajes teatrales, "fuertes y con pocos trazos" y que entran rápido en escena, sin orden jerárquico y con libertad, aunque siempre ajustados al guión, en el que la acción es la que prima.

Aunque consideró que sería fácil y le gustaría llevar una de sus novelas al cine, pues utiliza recursos narrativos "del lenguaje de hoy" y los diálogos "están prácticamente guionizados", apuntó que tendría que ser de la mano de alguien que realmente se enamorara de la historia.

A Bolea le gustan los desenlaces hasta la última página. "Son muy gratificantes", comentó y agregó que un lector de intriga siempre tiene que desconfiar. En "Orquídeas negras", flores "perversas, bellas y extrañas", el final descubre "narrativamente la otra cara de El Hierro".

Para Juan Bolea, quien se congratuló de ser considerado como uno de los exponentes de la novela negra en español, su aportación como autor está en la creación de personajes, en el ritmo y en las tramas, que, señaló, trabaja mucho.

El autor describió una rutina de escritura rigurosa, comentó que escribe de prisa y tarda "entre siete y ocho meses por novela" y concluyó que siempre está trabajando en algo nuevo.