Tengo sed y no me sacio
y ésta mi ilusión se apaga
porque transida mi alma,
sólo sombras va dejando.
Y en esta mi encrucijada
me duelen hasta las horas,
que ya no brillan ni calman
y en desencanto alborotan.
Y mis palabras desnudas
sangrando están de tristeza,
sin que abrigue la ventura
el palpitar de mis venas.
Y en el mutismo soporto
una vida triste y sosa,
ausente de todo gozo,
afligida y angustiosa.
Tengo sed y no me sacio
y mi esperanza alucina
en un mutismo que implica
soledad y desamparo.
Juan Antonio López de Vergara y Batista