Unas campanas se oyen

mientras la noche reposa,

son las que anuncian el bro

[che

y extienden toda aureola

de una Nacimiento entre

[voces,

de un Tallecer que retoña

en la llanada de albores.

Unas campanas se tiñen

de Bondad y Misericordia,

porque en un pesebre humilde

nace el Niño que reforma

los corazones sin timbre,

los latidos en el orbe

que enjugan toda congoja.

Unas campanas al vuelo

despiertan de su letargo

al que esperaba este tiempo,

al que aguardaba el Abrazo

del que bajado del Cielo

y vestido de su encanto

nos entrega su consuelo.

Unas campanas nos dicen

de un Amor que no se olvida,

de esas horas que acarician

perfumadas, lo sublime,

ya que ha brotado a la Vida

tan indulgente y sensible

la Piedad, pura y tan nítida.

Unas campanas ofrecen

el fervor que ahora brilla,

un remanso en lo inclemente

y esos cantos que enternecen

por sus constantes divisas,

por esa fe que el creyente

escuda con su sonrisa.

Juan Antonio López de Vergara y Batista

Espíritu de paloma

"Esa mujer diferente"

A la mujer perdida

que vaga por ese bosque

entre los troncos de los árbo

[les

pero sin estar abatida,

su espíritu no es de este

[mundo

pero baja cada día

oliendo así las flores

que le refuerza la vida,

los frutos son manjares

que saborea con dulzura

tratando de que sea amena

la llaga que en tí perdura,

hoy ha vuelto a renacer

ha encontrado su verdad

que en el fondo del corazón

no la dejaba pasar,

la sirena de este mar

que te encontró en su orilla

te miró con sus ojos

hasta perderse en su vista,

yo he sacado tu llave

del fondo de este mi mar

la he puesto en tu corazón

para sacar todos tus males,

ahora eres blanca y pura

cambiada mujer achamán

que un día veniste a este

[mundo

y en él te quedarás,

escucha tu interior

para que tú te conozcas.

Lucha por lo que es tuyo

como lo que es la honra,

ya te debo de dejar

y también despedirme

pero cómo no recordar

el sueño que hizo soñar

aquella mujer achamán

herida en un ala

que la paloma levantaba

y su espíritu comenzó a volar.

María Begoña Pestano Díaz