¡Oh querido San Francisco!
Bajo tu amparo
nos acogemos a ti
todos los acogidos en las
casas de Cruz Blanca...
Aquí nos sentimos solidarios
los unos con los otros, y compartimos
el pan que la Providencia
nos ofrece...
Un año más llegamos
a compartir contigo nuevamente
el mismo pan que todo el año
pero hoy como siempre es
un día especial...
Tú, Francisco, nos das
ánimo para seguir
luchando en el país que es la vida
animados por ti y la Divina
Providencia que nos guía en el camino.
Gracias Francisco, gracias por tanto amor
como has derramado en cada una
de las criaturas... como hermanos,
el sol y la luna.
Francisco Javier Perera