"Soy de Málaga, pero me he atrevido a pensar este libro en primera persona como si fuera un auténtico inglés", declara entre risas Emilio Calderón. La madrugada del 16 de octubre ya se ha "engullido" un par de horas de una de las veladas más reconfortantes para el historiador que habita en el cuerpo de un escritor que acaba de ser coronado por "La bailarina y el inglés" finalista del Planeta 2009. "Me siento arrollado por un tren", apunta con una pasmosa tranquilidad. "Me duele todo... Estoy desmoronado por la magnitud de este evento", reveló justo antes de analizar su conquista literaria más reciente.

Su nombre no llegó a sonar en una imaginaria "quiniela" de favoritos en la que sí había pistas más o menos contundentes que apuntaban a Elvira Lindo, Jorge Molist o al polémico comunicador Risto Mejide. Incluso, algunos especularon con la posibilidad de que el concurso de novela mejor remunerado del mundo se marchara a tierras japonesas. Al final, Ángeles Caso se hizo con la última edición del Planeta por la obra "Contra el viento". Emilio Calderón, por su parte, apuntó otro día de gloria en su vertiginosa trayectoria como autor de literatura para adultos.

¿Ha quedado claro que usted no es Risto Mejide?

Creo que sí. Sólo fue una especie de chascarrillo que hice para quitarle tensión a la rueda de prensa. No. Lo que pasa es que esta tarde (por el pasado jueves) estaba aburrido en el hotel y entré en la red para ver qué vaticinaban las apuestas sobre el fallo del jurado. Me sorprendió que lo colocaran como finalista cuando ni siquiera tenía noticias de que escribiera novelas.

¿Y el japonés?

Ja, ja... Tampoco soy el japonés. La verdad es que me llamó mucho la atención el rumor de un atrevido autor japonés que hubiera presentado una novela al Premio Planeta.

¿Ésta es una de esas noches que sueñan todos los escritores?

Es una noche fantástica. De esas que te colocan cerca de muchísimos lectores. Un premio así rompe la invisibilidad que sufre un escritor en una librería. Cuando te roza el Planeta te conviertes en un autor visible. Siempre nos quejamos de lo escondidos que estamos en una tienda de libros y el sueño de cualquier escritor es dejarse ver con la contundencia que te permite una promoción de este calibre.

Pero su "anonimato" es un glorioso "anonimato", ¿no?

Aún no me he acostumbrado a la idea de lograr grandes retos en tan poco tiempo. Sólo llevo tres novelas para adultos y con las tres conseguí éxitos impensables. La primera se vendió en 23 países, con "El judío de Shanghai" me dieron el premio Fernando Lara y con "La bailarina y el inglés" me ha pasado esto (vuelve a sonreír). He estado años haciendo literatura juvenil e infantil y dando charlas en colegios e institutos, algunos de ellos perdidos en la geografía española y en los que la visita de un escritor es todo un acontecimiento.

¿Qué opinión le merecen las teorías que apuntan a que el finalista del Planeta, en ocasiones, es un escritor mediático?

Pues que no siempre se cumple esa curiosa regla. Hay periodistas que están dentro del mundo de la literatura y escritores que únicamente somos escritores. No soy un escritor mediático, pero tampoco aspiro a serlo.

Algo debe tener su obra literaria para ser tan premiada.

Soy consciente de que llegará un día en el que me daré cuenta de que no lo podré hacer mejor, pero hoy prefiero seguir aprendiendo de las buenas vivencias que me proporciona el mundo de la literatura.

¿Dónde está el secreto?

Trato de que mis historias ocurran lejos del patio de la casa de un posible lector; que ellos viajen conmigo a países en los que nunca han estado. Mi padre comerciaba con antigüedades y cuando volvía con alguna reliquia me quedaba fascinado. Entonces, corría a buscar un mapa para ver de dónde venía esta vez. ¿Qué viaje había realizado?

¿Cómo descubrió su pasión por Asia?

No lo sé. Supongo que es fruto de mi curiosidad. De Asia solamente me interesa su fantasía y exotismo. Nunca viajé hasta allí con el deseo de encontrarme con Dios.

"Me siento arrollado por un tren"

A Emilio Calderón (1960) no le cuesta admitir en público que "llegará el día en el que me daré cuenta de que ya no lo podré hacer mejor, pero hoy me siento abrumado", insistió en el transcurso de una entrevista con EL DÍA en la que desbordó felicidad y cansancio con un perfecto equilibrio. "Me siento arrollado por un tren", ironizó el autor de "La bailarina y el inglés". La trama de la novela finalista del Planeta 2009 se desarrolla en la India de 1944, cuando las tropas niponas se disponen a invadir este país en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. "Después de El judío de Shanghai y ahora con La bailarina y el inglés he superado el ecuador de una trilogía que se completará con un tercer título en el que estoy trabajando y que se desarrollará en suelo japonés", adelantó el andaluz respecto a una producción literaria que está marcada por nombres tan emblemáticos como Graham Greene o Rudyard Kipling. "Han sido autores imprescindibles para este proyecto. Nunca he sentido la esencia de un autor anglosajón, pero ellos y mis viajes han hecho realidad este sueño. Soy de Málaga, pero he pensado este libro como un inglés", comentó de un texto que se "columpia" por elementos políticos y figuras de la novela costumbrista en la que no faltan el amor y el misterio".