El Nobel de Literatura 2009 se adjudicó ayer a la escritora rumano-alemana Herta Müller, narradora del desamparo y voz de las minorías alemanas en los países del centro de Europa. Su obra dibuja los paisajes de los desposeídos "con la concentración de la poesía y la objetividad de la prosa", según el fallo difundido por la Academia Sueca en Estocolmo.

La designación de Müller supone reconocer a una autora que encarna en buena parte el destino de las minorías alemanas en los países del centro de Europa que, tras el fin de la II Guerra Mundial, en muchas ocasiones tuvieron que pagar por partida doble las culpas del nacionalsocialismo.

La escritora, que vive en Berlín desde 1987, nació en Nytzkydorf (Rumanía) en 1953 en una familia de la minoría alemana. Muchos germanos en Rumanía fueron deportados a la URSS, como le ocurrió a la madre de Müller, que pasó cinco años en un campo de trabajo en la actual Ucrania.

Esa experiencia ha quedado retratada en "Atemschaukel" (2009), su última novela, un intento por desentrañar lo que se escondía detrás del silencio de su madre y de otros muchos rumanos-alemanes de su generación, que no se atrevían a hablar de su época en la URSS.

Müller trató desde muy pronto de tender puentes entre las dos culturas a las que pertenecía, como revela el hecho de que estudiara simultáneamente filología germánica y rumana en la Universidad de Timisoara, donde tuvo su primer contacto con jóvenes escritores de habla alemana opuestos al régimen de Nicoale Ceacescu.

Su primer encontronazo con la Rumanía oficial llegó en 1979, cuando fue despedida de su trabajo como traductora por negarse a colaborar con el servicio secreto de la Rumanía comunista, que siguió acosándole a partir de entonces.

Su primer libro, "Niederungen" ("En tierras bajas") también fue motivo de conflicto pues reposó cuatro años en la editorial antes de publicarse censurado en 1982. Tanto en "Niederungen" como en "Drückender Tango", Müller retrata la vida en un pequeño pueblo germanoparlante y la corrupción, la intolerancia y la opresión que en él encuentra.

Tres años más tarde, Müller emigró a Alemania con su esposo, el escritor Richard Wagner, y allí ha seguido desarrollando su carrera con novelas en las que relata la vida en una dictadura estancada.

Miembro desde 1995 de la Academia Alemana de la Lengua y de la Poesía, ha desarrollado también una carrera docente como profesora invitada en varias universidades como Hamburgo, Swansea y Zúrich.

"No me lo creo, no me lo puedo creer, no lo merezco. Estoy desbordada", declaró ayer a la televisión pública sueca SVT tras conocer que había sido distinguida con el premio.

Müller se convierte en la duodécima mujer en recibir el Nobel de Literatura, dos años después de Doris Lessing y cinco más que la anterior premiada en lengua alemana, la austríaca Elfriede Jelinek.

el dato

Sin libros de Müller en España

La concesión a Herta Müller del premio Nobel de Literatura ha sorprendido a las librerías sin ejemplares de la escritora en sus estanterías, tal y como ocurrió el año pasado con el francés Jean-Marie Le Clézio. Pocos minutos después de que este mediodía se anunciara el premio, la librería madrileña "Modesta", en la calle Modesto Lafuente, recibía la noticia de la ganadora y su responsable decía: "nos ha ocurrido como el año pasado con Le Clézio, que no hay libros en ninguna parte, sólo que en la anterior ocasión al final los encontramos en algunas editoriales sudamericanas y este año tendremos que esperar a que los reediten", señaló la dueña del establecimiento. En 2007, la editorial Siruela publicó de esta autora en castellano "En tierras bajas" y "El hombre es un gran faisán en el mundo", títulos que actualmente ya no se encuentran disponibles en las distribuidoras que suministran ejemplares a las librerías. En la librería internacional "Pasajes", sí es posible encontrar tres títulos diferentes de Muller, pero en alemán. Donde sí hay ejemplares de sus obras es en el Goethe Institut, el instituto alemán de Madrid.