Emigren con su imaginación durante un puñado de segundos a una sala de cine o hasta un lugar donde exista una televisión. Una vez allí, traten de ponerse en la piel de un espectador que observa una serie de medicina ("Urgencias", "Hospital Central" o "Anatomía de Grey", ustedes deciden) en la que un doctor o un cirujano no tiene ni idea de cómo usar un fonendoscopio o un escalpelo. Desastre total. No sería la primera vez que una película se arruina por una mala documentación. Eso es lo que ha querido evitar Alejandro Amenábar en su quinta filmografía (la segunda en inglés) rodada en Malta. El director de "Mar adentro", obra por la que ganó un Oscar, tiró del Instituto de Astrofísica de Canarias para buscar un asesoramiento científico que él pudiera trasladar luego a "Ágora", un proyecto cinematográfico que "retrata" a la legendaria Hypatia de Alejandría en el convulso Egipto del siglo IV; un polvorín ideológico que reservaba un trágico final a la hija de Teón, que era un prestigioso filósofo, matemático y astrónomo que extendió toda su sabiduría sobre la ciudad fundada por el mítico y ambicioso Alejandro Magno (332 a.C.).

El astrofísico Antonio Mampaso (IAC) colabora desde hace casi cuatro años con Amenábar en la ambientación de una producción que se centra en la figura de un mártir de la ciencia. Hypatia, elogiada por ateos, feministas, científicos, historiadores.., es una de las apuestas más arriesgadas del cineasta de origen chileno. Cincuenta millones de euros ha costado un proyecto que, al igual que un gran Lego mental, comenzó a encajar sus piezas hace cuatro años. "Alejandro y Mateo Gil (nacido en Gran Canaria) contactaron con nosotros en septiembre de 2005", recuerda Mampaso. El creador que se estrenó en el mundo del séptimo arte con "Tesis" (1996) -con anterioridad había firmado cuatro cortos- recorrió varios complejos del Instituto de Astrofísica de Canarias para ampliar sus conocimientos. "Venía con unas preguntas muy concretas y pensadas", revela el investigador del IAC. "Todo fue muy fluido y, a veces, tuve la impresión de que él sabía mucho más de Astrofísica que yo", admite Antonio en el instante en el que comenzó a relatar algunas claves sobre la aventura que recrea la vida de una mujer (en más de una ocasión comparada con Da Vinci) que enseñó Filosofía, Matemáticas, Astronomía, Álgebra, Geometría... "Ha sido un auténtico placer ayudar a revisar el fondo astronómico de una película que es bastante realista", matiza segundos antes de incorporar otra idea. "Imaginen la que se podría montar si un espectador observa que alguien apunta a Venus y en una foto aparece Saturno", explica Mampaso.

Difusión universal del IAC

La misión de Mampaso ha consistido en que los protagonistas de "Ágora" (Rachel Weisz, Max Minghella, Oscar Isaac, Ashraf Barhom, Michael Lonsdale, Homayoyaun Ershadi) no se sintieran extraños con el manejo de un instrumental (algunas de las réplicas se pueden ver en la exposición del Museo de la Ciencia y el Cosmos) y del vocabulario. "Trabajar con Amenábar es una experiencia única porque es una persona meticulosa y en ningún momento me he sentido como un censor. Todo lo contrario, para un centro como el IAC es un orgullo poder tener esta pequeña cuota de protagonismo en una película que verán millones de personas. La primera misión de un científico es la divulgación a la sociedad de sus conocimientos. Por eso, cuando ocurre algo extraordinario relacionado con la Astronomía (que es nuestro mundo) se produce un bombardeo en los medios de comunicación para que el mayor número de personas tenga constancia de lo que se está haciendo", dice sobre lo ocurrido en un rodaje que siguió en directo en varias localizaciones de Malta.

"Durante todo este proceso el diálogo con Amenábar ha sido constante", reconoce el miembro del IAC. "Ágora" se ha rodado en su integridad en Malta, aunque hay un trabajo de postproducción que se desarrolló en Madrid y Londres.

"Soy un ignorante de todo lo que se mueve con el cine, pero este viaje al pasado ha sido fascinante. Trabajar con Alejandro es un lujo que he tenido la suerte de vivir en primera persona, pero en la que hay implicadas otros investigadores. En el caso de que algo salga mal, al que le tienen que cortar la cabeza es a mí, pero soy incapaz de trabajar solo y en esta ocasión también hubo discusiones casi diarias (se ríe) con Ignacio García de la Rosa, ex director del Museo de la Ciencia y el Cosmos, porque entre científicos siempre hay que debatir cosas", dice sobre el papel divulgativo de un complejo que estos días organiza el II Curso "Cine y Ciencia". Mampaso confiesa que lo ha pasado bien, pero sin descuidar sus obligaciones laborales en el IAC. "Sentir el tacto de esos instrumentos ha sido fantástico. Aquí nos centramos en analizar cómo rotan las galaxias o cómo se forman las nebulosas y en la película hay un fondo astronómico distinto que tiene que ver con las mediciones del cielo, pero ha sido bonito dar marcha atrás a la imaginación y ver cómo pudo ser el Faro de Alejandría. Ágora es un viaje a las fuentes históricas (durante este tiempo ha habido mucha comunicación vía e-mail entre el equipo de Amenábar y el astrónomo del IAC) del que sales fortalecido", resume Antonio Mampaso sobre una película (su estreno está programado para el mes de septiembre) que ya se presentó en Cannes y que pretende ser una especie de homenaje a la sabiduría y el conocimiento. "Yo sólo he visto algunos cortes", dice Antonio.