NUESTRAS Islas son singulares en todo, incluso hasta las casas en donde vivimos, esto viene del tiempo de nuestros mayores y hay que asumirlo como parte de nuestra peculiar idiosincrasia. Hay una copla que dice: "Mira si seré desgraciao / que me tengo que morir. / Pa vivir bajo techao".

Don Tomás Méndez Pérez ha realizado un trabajo, resultado de muchos años de investigación felizmente coronados. En la Sociedad Cultural Liceo de Taoro de La Orotava, previa a su presentación que estuvo a cargo del médico y escritor también, don Enrique González González, laureado en sabiduría. Aquí mismo en donde escribo me acompaña su libro "Mi sana envidia", (en su pág. 125), el doctor nos dice: "La literatura imaginativa no es, sin embargo, simplemente un proceso visual que percibe unos signos simbólicos sobre un papel; es también un proceso de oír voces, ya sea con los oídos del pensamiento o a través de los sonidos emitidos por todo lo que nos rodea".

Estoy gozando mientras veo los singulares patios de nuestras casas, gracias al fino y magistral autor don Tomás Méndez Pérez, que los va fotografiando, compaginando a la vez, su historia, la de sus dueños pasados y las vividuras de cada casa isleña, todo un guión de personalidad que atrapa al lector en sus 486 páginas de historia, de arquitectura, de conocimientos varios que enriquecen.

Es enseñar deleitando, don que sólo poseen contados maestros. ¡Cuánta belleza nos regala don Tomás Méndez Pérez! Este trabajo será premiado en donde tenga que serlo.

Me presta, para despedirlo, el poeta Rafael Arozarena lo que sigue: "Allá abajo en el mapa / hoy te descubro, isla, simple gota de tierra / en el papel azul".