La compositora tinerfeña Raquel Cristóbal ha puesto "mucha pasión" en la obra sinfónica que ayer estrenó en el XXV Festival de Música de Canarias, "Spectra sonoris", una pieza ideada con la intención de crear una "atmósfera muy luminosa y con muchos contrastes" y jugar con la psicología del público.

Así lo afirmó Cristóbal en una rueda de prensa que ofreció por la mañana junto al director Michael Gielen, quien se encargó de interpretar anoche esta obra compuesta por encargo del Festival, al frente de la Orquesta Sinfónica SWR de Baden-Baden y Friburgo. La presentación tuvo lugar anoche en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas y se repetirá pasado mañana, sábado, en el Auditorio de Tenerife.

La compositora de origen canario aseguró que supone un honor muy grande para ella el haber recibido este encargo, tanto por la importancia que tiene el festival como por ser en su tierra donde se estrena, y, también, por la elección del director Gielen, especialista en música del siglo XX.

Cristóbal explicó que ha procurado que "los grupos sonoros, las diferentes melodías y los recursos tímbricos actuaran como filtros de sonido, como si la luz pasara por diferentes colores y cambiara de manera gradual".

Asimismo, comentó que su nueva composición, que le ha ocupado durante dos años de trabajo "duro", es "música pura", que contiene "conceptos muy abstractos: es la música por la música, en la que he buscado en todo momento el resultado sonoro".

Éxito en Alemania

Gielen, que estrenó la obra en Friburgo (Alemania) hace tres días, aseguró que fue acogida con éxito por el público y que para él fue una sorpresa que una música contemporánea tuviera esa respuesta tan inmediata la primera vez que era escuchada.

Las hermanas pianistas Katia y Marielle Labèque completan con su actuación el concierto, que se inicia con el estreno de Cristóbal y que también incluye obras de Luciano Berio y Tchaikovsky, una combinación "de interesantes contrastes" que fue aplaudida por las dos artistas porque reúne un público con "caras y motivos diferentes".

Gielen destacó de las dos hermanas que "tocan como diablesas", por su energía y su fuerza, así como la capacidad de ambas de interpretar música muy lírica, como ocurre en el inicio del "Concierto para dos pianos y orquesta", de Berio, y después desarrollar una gran violencia.