Se agrava la situación,

ajena a nuestro deseo,

se incrementa el desempleo

al frenar la construcción.

Crece la preocupación

por el tema insolidario

que sufre el sector primario.

A ver si usted, don Paulino,

resuelve el tema del vino,

que sabe que está en precario.

Yo pienso que lo sensato

es un impuesto adecuado

a todo el vino importando

y que ofertan más barato.

Para que haya un justo trato

merece este viticultor

un tratamiento mejor.

Todos sabemos, de sobra,

que aquí, la mano de obra,

es de coste superior.

El viticultor isleño

lucha en su exiguo predio

por esa especie de asedio

que existe con el pequeño.

No obstante, sigue en su empeño

con esperanza evidente

de una salida decente

y espera con ansiedad,

que actúe con equidad

la autoridad competente.

Felipe Juan González García