El periodista Goyo Martínez ofrece en su libro "Pido la palabra. Víctimas del terrorismo: una crónica íntima" una mirada realista y cercana del día a día de las personas que conviven con el recuerdo de un atentado terrorista, desde un punto de vista de "entretenimiento, información y compromiso".

"Sobre todo compromiso", insiste Martínez en una entrevista con Efe, en la que explica que su libro "responde a una deuda con esas personas (las víctimas), que cada día nos dan una lección de vida".

Para escribir esta obra, editada por Lectio, ha sido clave la participación del responsable del área socio-asistencial de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT), Roberto Manrique, víctima del atentado del Hipercor en 1987 y uno de los principales impulsores del asociacionismo de víctimas en España.

"El planteamiento del libro creo que era el correcto", admite Manrique tras reconocer su sorpresa e inicial reticencia a la propuesta del periodista de ofrecer su testimonio.

"No se trataba de hablar de que las víctimas son cojonudas, sino de que tienen problemas", apunta el portavoz de la ACVOT. "La idea era explicar que las víctimas, después del atentado, continúan siendo personas con sus problemas de la vida diaria", asegura.

El libro repasa parte de los veinte años de trabajo asistencial desde Cataluña en apoyo de las víctimas, pasando por la apertura de una delegación en Barcelona de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) en 1991 y por la posterior etapa como ACVOT, desde 2003.

Huyendo de cualquier planteamiento político o partidista, el único objetivo de la ACVOT, así como el del libro, insisten Martínez y Manrique, es abordar la condición social y asistencial de las víctimas de organizaciones terroristas como personas y no como instrumentos de presión política.

"Hoy en día, desgraciadamente, la imagen que tenemos en España de la víctima como colectivo ante la opinión pública es de un colectivo dividido, politizado y manipulado", se lamenta el periodista y autor del libro, y añade que la administración española "se olvida constantemente y con suma facilidad de la víctima".

Goyo Martínez quería contar una historia real, "desde el corazón". "En esencia, el trabajo de la ACVOT se está haciendo desde el corazón, mientras que desde el otro lado -la AVT es mencionada repetidamente en la entrevista- se hace desde la política, y así no pueden salir bien las cosas", argumenta.

A esta imagen de las víctimas en España ha contribuido también el trabajo periodístico que le ha dado cobertura, según el autor, y en este sentido, y como periodista, Martínez reconoce que el papel de los profesionales de la información "no ha sido muy bueno".

"Hemos errado", admite, "y hemos sido manipulados y mediatizados nosotros mismos, nos hemos dejado llevar por los gobiernos que han habido, por la simpatía que cada uno personalmente pueda tener, y se ha perdido absolutamente toda la objetividad".

Lejos de buscar los llantos y evitando detalles escabrosos, "Pido la palabra" es un testimonio del día a día de las víctimas, una historia que Roberto Manrique y Goyo Martínez coinciden en señalar que valía la pena explicar.

"Espero que, al menos, ayude a entender la percepción lamentable que se tenía sobre las víctimas, que no son sombras ni almas en pena, sino que son personas, con sus problemas y sus chistes, sus pesares y sus alegrías, siempre con el recuerdo de aquellos que se fueron; que se fueron porque los mataron", resume el autor.