Un síntoma de inmadurez o inseguridad consiste compararse constantemente con los otros. Los jóvenes se pasan el día compitiendo, en juegos de cachorro, para ver quien puede responder mejor a los desafíos. Y existe un dicho popular, algo vulgar, que cuando quiere reprochar un comportamiento infantil dice: "a ver si dejan de pelearse por ver quien la tiene más grande".

Hay gente en Canarias que se pasa la vida mirando al jardín del vecino. Para observar lo que planta y el agua que usa y el abono que le pone. Y ya se sabe que el jardín de al lado siempre parece más verde que el propio. Hace ya algún tiempo que en Tenerife decidimos que para avanzar lo mejor es caminar con la vista puesta en el frente. Que la única comparación que merece la pena es la que debemos hacer con nosotros mismos. Y que lo importante es responder a nuestros problemas y nuestras necesidades. Así que voy a defraudar a los que pensaban que iba a responder a Antonio Morales, el presidente del Cabildo de Gran Canaria. Me gusta que se compare con Tenerife. Hace bien, porque esta isla es un modelo de éxito. Me parece muy bien que nos mire, nos estudie y compare inversiones, que exija más dinero y que luche por conseguirlo aunque sea echando mano de argumentos pleitistas. Nosotros tenemos otro estilo y creemos que funciona mejor. Pero allá cada cual.

Esta isla siempre ha sido solidaria. Y en estos tiempos más. Defendimos que el dinero del Fondo de Desarrollo de Canarias se invirtiera discriminando positivamente a las islas que más lo necesitaban; es decir, a las menos desarrolladas. Y lo defendimos porque creemos de verdad en que las inversiones no se pueden hacer con un escalímetro, sino que tienen que adaptarse a las necesidades y a las urgencias de las sociedades. Y sobre todo, a los problemas que tienen mayor prioridad. Y hoy quiero hablar precisamente de uno de ellos.

Hace dos años, exactamente dos años, el Cabildo de Tenerife puso sobre la mesa el proyecto para la construcción de un nuevo carril en la autopista del Norte dedicado al transporte de viajeros en guagua y a vehículos con dos o más ocupantes: lo que se denomina carril BUS-VAO (por vehículos de alta ocupación). Durante meses, la consejería de Obras Públicas echó mano de todas las artimañas a su alcance para retrasar la tramitación de nuestra iniciativa y de otras muchas que poníamos encimas de la mesa respecto al Anillo insular o las autopistas de la isla. Y como quiera que denunciamos esa actitud, se nos acusó de estar contra la entonces consejera socialista, señora Chacón. No era así.

El hoy responsable del departamento de Obras Públicas del Gobierno de Canarias, el vicepresidente del Gobierno Pablo Rodríguez, forma parte del partido en el que yo milito. Su llegada a la Consejería supuso un cambio de actitud que saludé positivamente y que resultó en acuerdos que permitieron desatascar algunas obras, las que estamos haciendo en el tramo entre Guamasa y Las Chumberas. Perdimos mucho tiempo en discusiones durante el año 2016 que hoy estamos recuperando. Pero todo eso no va a impedir que siga demandando las soluciones que Tenerife necesita y que siguen paradas.

Esta semana se aprobó por fin el proyecto técnico de construcción de la mejora de la TF-1 en el tramo entre el enlace de Las Chafiras-Oroteanda, que cuenta con un presupuesto total de más de treinta y dos millones de euros. Las obras estarán licitadas antes de final de año. Es una buena noticia. Un avance que sólo empaña, desgraciadamente, la situación que padecen los vecinos del Norte de nuestra isla. Y por eso quiero decirle a mi consejero que muy bien, porque ya era hora, que se inicien las obras del Sur. Pero también quiero recordarle que el reloj sigue haciendo "tic-tac" en la autopista del Norte.

Lo que padecen los conductores de nuestra isla cada día cuando acuden a trabajar resulta intolerable. Y han pasado dos años, dos largos años, desde que pusimos las soluciones sobre la mesa del Gobierno canario. Han pasado dos años desde que nos ofrecimos a colaborar económica y administrativamente en la ejecución de unas obras que no son de la competencia del Cabildo: pero esto ya no es un tema de competencias, sino de resolverlo lo antes posible.

Desde el Cabildo de Tenerife no entendemos que en Obras Públicas siga sin existir un proyecto para poder sacar a licitación las obras de la autopista del Norte. Y nuestra paciencia se va esfumando conforme crece el cabreo de los ciudadanos que cada día tienen que padecer la misma tortura que, en caso de cualquier accidente, provoca que miles de personas lleguen tarde a sus trabajos, causando daño a esas personas, a las empresas y a la economía de nuestra isla.

No existe ninguna excusa válida para tanto retraso. De verdad, es impresentable. Ya son veinticuatro meses y seguimos esperando de la Consejería de Obras Públicas un proyecto, un concurso y una adjudicación que aún siguen sin tener fecha. La mejor noticia de esta semana, la aprobación del proyecto técnico de Chafiras Oroteanda, resulta agridulce cuando el colapso del Norte sigue aumentando día tras días. Urge que la Consejería licite la redacción del proyecto del carril BUS VAO en la TF-5.

En el Cabildo hemos puesto nuestra mejor voluntad. Hemos tenido decenas de reuniones para colaborar en todo lo posible y facilitar los procedimientos. Hemos ofrecido nuestros propios recursos. Y hemos esperado pacientemente. Pero todo tiene un límite. Y nuestro límite son los tinerfeños que ya no aguantan más. Nuestro límite es la indignación que crece en la gente y que nos llega de todas las maneras posibles. Necesitamos ver las obras en marcha porque aunque seguiremos en un atasco, sabremos que se está haciendo algo para acabar con él. Hoy no es así y desde el Cabildo queremos advertirlo: el reloj sigue corriendo.

*Presidente del Cabildo de Tenerife