En tanto que "fanfarrón y hablador que, siendo cobarde, blasona de valiente", es lo que me cuadra pensar del muy deshonorable presidente del Gobierno de Cataluña. Él se cuida de no asumir la responsabilidad de los actos sediciosos que está pergeñando en aquella Comunidad. Se ha cuidado de que todos y cada uno de los miembros de su Gobierno se comprometan con la firma. No le basta con el concepto de decisión colegiada, que es lo que caracteriza la acción de un Consejo de Gobierno. Él, que tanto blasona de valiente, ha querido asegurarse de que ante cualquier responsabilidad jurídica todos los miembros de su gobierno le acompañen? caminito de Jerez.

Recientemente, los señores Puigdemont y Junqueras y las señoras Forcadell y Colau remitían al presidente del Gobierno del Estado, con copia al Rey, una carta en la que pedían "diálogo abierto y sin condiciones" para acordar la celebración del referéndum en Cataluña. Es la desfachatez elevada a su máxima expresión. Ellos convocan un referéndum proindependencia y piden diálogo sin condiciones para llevarlo a cabo. Si no fuera por lo serio que es el asunto, sería para reírse a mandíbula batiente.

La figura del referéndum está recogida en el artículo 92 de la Constitución que desde 1978 rige nuestra vida política. Y dice así: "1. Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos. // 2. El Referéndum será convocado por el Rey, mediante propuesta del Presidente del Gobierno, previamente autorizado por el Congreso de los Diputados".

Y los adalides del 3% en aquella Comunidad pretenden que, con el fin de otorgarse "un estado independiente", renunciemos a nuestro derecho participativo en un asunto de "especial trascendencia" promoviendo un referéndum exclusivo en Cataluña. Y que renunciemos al contenido del artículo 2 por el que "la constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles (?)". Y a cada minuto pretenden dárselas de demócratas. ¡Fascistas! ¡Totalitarios! ¿Qué saben de democracia? Meter una papeleta en una urna puede ser un acto democrático, pero no es la democracia. Al menos dos veces metí una papeleta en urna en la dictadura.

En la citada carta con copia al Rey, los personajes citados critican "la ofensiva de represión sin precedentes" puesta en marcha por el Gobierno. ¿Acaso había algún precedente de declaración de independencia a lo largo de estos últimos cuarenta años constitucionales? Estos personajes, además de ser unos miserables, pretenden tomarnos por idiotas. Ya está bien de soportarlos. Caiga sobre ellos el peso de la ley.