El 5 de agosto, Día de Santa María la Mayor, todos los caminos llevan a un monte denso entre barrancos y a un templo parco en medidas y rico en historia y arte. El obispo nivariense concelebró la eucaristía con párrocos isleños y desplazados de otros lugares del Archipiélago. El culto tuvo dedicación especial a los ciudadanos de Venezuela, con solidaria respuesta de los numerosos asistentes.

En la salutación, el rector del Real Santuario llamó a "todos los palmeros" -que son los que viven y sienten la isla allí donde se encuentren- para defender a las gentes del mundo, víctimas de la incomprensión, la intolerancia y la violencia. En este 2017, recordó "a los venezolanos y, de modo especial, a nuestros hermanos del estado de Aragua, donde, desde hace medio siglo y por devoción isleña, se venera a Nuestra Señora de las Nieves, réplica exacta de nuestra patrona, a la que rezan en sus desgracias y agradecen sus favores". Antonio Hernández pidió "el cese de la violencia que ha causado tantas muertes, sobre todo de jóvenes, y dolor a las familias", la recuperación de las libertades y derechos y "el diálogo libre y honesto en busca de soluciones de justicia, buena voluntad y futuro".

Asimismo, en la ofrenda de los fieles, monseñor Bernardo Álvarez mentó la dramática situación del país americano, "patria de acogida de miles de emigrantes canarios"; invocó para su gente la protección de María Santísima y "la pronta salida de una crisis larga e injusta que conmueve las conciencias y que, por razones de historia, sangre y fe, nos resulta tan próxima".

De ese modo, en la celebración de Las Nieves y a través de las palabras del párroco y el obispo y en el sentimiento de los asistentes, latió el original mensaje evangélico y la actualización contemporánea que el papa Francisco demanda a la Iglesia del siglo XXI, para añadir a la fe y la caridad el firme compromiso con la libertad y la justicia social y la solidaridad con los que sufren, allá donde estén, sean quienes sean y sean cuales sean las causas de su dolor. Pasé ese sábado en Las Nieves y en la vuelta a casa leí un email, remitido por un amigo de Cagua, que me contaba que, pese a la convulsión social, también allí se celebró la onomástica de las Nieves "y se oró por la paz y el progreso del país que tantas oportunidades y felicidad dio antaño a los palmeros".