Según Según Harold I. Kaplan y Benjamin J. Sadock, las personas que presentan un trastorno esquizotípico de la personalidad son marcadamente extravagantes y raras, incluso para las personas de la calle. El pensamiento mágico, las ideas peculiares, las ideas de referencia, las ilusiones y la desrealización son parte de su vida diaria.

Diagnóstico.- El trastorno esquizotípico de la personalidad se diagnostica en base a las peculiaridades de los pacientes respecto al pensamiento, conducta y apariencia

Los criterios para el diagnóstico del trastorno esquizotípico de la personalidad, según el DSM-V son:

A) Un patrón general de déficit sociales e interpersonales asociados a malestar agudo y una capacidad reducida para las relaciones personales, así como distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento que comienzan al principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes puntos: 1) ideas de referencia (excluidas las ideas delirantes de referencia), 2) creencias raras o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y no es consistente con las normas subculturales ( p. ej. superstición, creer en la clarividencia, telepatía o "sexto sentido"; en niños y adolescentes, fantasías o preocupaciones extrañas), 3) experiencias perceptivas inhabituales, incluidas las ilusiones corporales, 4) pensamiento y lenguaje raros (p.ej., vago, circunstancial, metafórico, sobreelaborado o estereotipado), 5) suspicacia o ideación paranoide, 6) afectividad inapropiada o restringida, 7) comportamiento o apariencia rara , excéntrica o peculiar, 8) falta de amigos, íntimos o desconfianza aparte de los familiares de primer grado, 9) ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiarización y que tiende a asociarse con los temores paranoides más que con juicios negativos sobre uno mismo.

B) Estas características no aparecen exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro trastorno psicótico o de un trastorno generalizado del desarrollo.

Como ocurre con los pacientes esquizofrénicos, las personas con este trastorno son capaces de no saber cuáles son sus propios sentimientos y, sin embargo, son extraordinariamente sensibles para detectar los sentimientos de los demás, en especial los afectos negativos como la ira. Pueden ser supersticiosos o afirmar que son clarividentes. Su mundo interno se alimenta con relaciones imaginarias muy vívidas, y miedos y fantasías infantiles. Logran creer que tienen poderes especiales en cuanto al pensamiento y la introspección.

Su discurso puede ser extraño o peculiar, y con frecuencia sólo tiene significado para ellos. Muestran unas relaciones interpersonales pobres y son capaces de actuar de una manera inapropiada, por lo que están aislados y tienen pocos amigos o ninguno.

Pueden presentar síntomas propios del trastorno "borderline" de la personalidad y además pueden hacerse en algunos casos ambos diagnósticos. Bajo situaciones de estrés, se pueden descompensar y presentar síntomas psicóticos de corta duración.

Las personas con este trastorno se diferencian de las personas esquizoides y de los pacientes con un trastorno de la personalidad por evitación, por la presencia de rarezas en su conducta, pensamiento, percepción y comunicación, y quizás por una clara historia familiar de esquizofrenia. Los pacientes con un trastorno esquizotípico de la personalidad se distinguen de los pacientes esquizofrénicos por la ausencia de psicosis. Si aparecen síntomas psicóticos, son breves y fragmentados. Algunos pacientes cumplen criterios tanto para el trastorno esquizotípico como para el trastorno "borderline" de la personalidad. El paciente con un trastorno paranoide se caracteriza por la suspicacia, pero no presenta esta cualidad extraña en su conducta, tan característica de los pacientes esquizotípicos.

Existen estudios retrospectivos que demuestran que muchos pacientes que se creía que sufrían esquizofrenia, en realidad sufrían un trastorno esquizotípico, por lo que la tendencia actual es pensar que la esquizotipia es la personalidad premórbida del paciente esquizofrénico. No obstante, muchos pacientes mantienen una personalidad esquizotípica estable a lo largo de sus vidas, y se casan y trabajan a pesar de sus excentricidades.