En enero de este año fallecía el gran sociólogo polaco Zygmunt Bauman. En este mes de febrero, Occidente ha perdido a otro de sus principales pensadores: el franco-búlgaro Tzvetan Tódorov, premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2008. "Todorov representaba en este momento el espíritu de la unidad de Europa, del Este y del Oeste, y el compromiso con los ideales de libertad, igualdad, integración y justicia", indicaba el acta del Jurado. El búlgaro fue un gran intelectual en varias ramas de las Humanidades: filósofo, lingüista, sociólogo, historiador, crítico y teórico literario.

Todorov, nacido en Bulgaria, fue director de la Escuela de Altos Estudios Sociales en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de París, y profesor invitado en las universidades de Yale, Harvard, Columbia y Berkeley, entre otras, y sus obras han sido traducidas a veinticinco lenguas.

Representante de un riguroso método estructuralista, que aplicó a la literatura y a la crítica literaria, Todorov fue evolucionando hacia el análisis cultural y la historia de las ideas. Sus preocupaciones intelectuales, su sabiduría y erudición, que superan fronteras y buscan puntos de encuentro, le permitieron abarcar grandes temas de nuestro tiempo, como el desarrollo de las democracias, el entendimiento entre culturas, el desarraigo, el reconocimiento del otro y el impacto de la violencia en la memoria colectiva.

Las cuestiones centrales de su pensamiento, que han contribuido a un interesante debate filosófico, han sido asociadas a la inmigración, el terrorismo y la xenofobia. En un artículo reciente publicado en el periódico francés "Le Monde", señalaba que los enemigos se invocan en los discursos populistas demagógicos, a los que les encanta trazar un pueblo vengador y un único culpable de todos los males que nos afectan: los inmigrantes de los países pobres o los musulmanes.

Su receta para contrarrestar estos discursos la encontraba en el político sudafricano Nelson Mandela, que logró vencer a un enemigo de envergadura, el sistema del apartheid sin verter una gota de sangre. Según Todorov, lo que hizo Mandela fue encontrar en sus enemigos una luz de humanidad y comprender las razones de su hostilidad para acabar convirtiéndolos en sus amigos.

En los trabajos de Todorov también son importantes las relaciones de alteridad, la condición de ser otro, después de haber huído del régimen comunista en su Bulgaria natal. Este concepto lo dejó muy claro en su conocida obra "La conquista de América", donde concluye que los nativos americanos, al contrario que los europeos, carecían del concepto de alteridad, lo que les impedía defenderse contra un enemigo que podía manipular sus percepción de la realidad y confundir su planificación y su razonamiento.

¿La vida moderna e industrial lleva a la degradación de la vida cotidiana? Sí, afirmaba el gran pensador europeo, en su obra "Elogio de lo cotidiano", ya que no se admiran los gestos.

Tzvetan Todorov escribía un artículo mensual para "Books", y afirmaba que era muy estresante para él. Necesitaba más tiempo para pensar. Estaba muy preocupado por la creciente superficialidad y los análisis de los medios de comunicación, especialmente la televisión.

Todorov, la alteridad, la empatía y el conocimiento del otro. Aspectos cada vez más trascendentales de nuestras vidas.

*Presidente de TuSantaCruz