Confiar en ti mismo no garantiza el éxito, pero no hacerlo garantiza el fracaso.

Albert Bandura

Entendernos (a nosotros y a los demás) no es algo fácil. Y forma parte muy importante de nuestra vida diaria. Estamos limitados por creencias, en la mayoría de las ocasiones no contrastadas, que condicionan nuestra vida y la relación que mantenemos con el mundo. Sea que no pensamos ser lo suficientemente buenos, porque así nos lo han hecho creer, haciéndonos sentir un fracaso, o simplemente malinterpretando las intenciones o reacciones de los demás hacia nosotros. Lo cierto es que podemos llegar a tener nuestra mente en un estrecho margen de actuación consciente.

Estas sencillas reglas psicológicas que les propongo pueden ayudarle a ver la vida de una forma totalmente diferente. Intentemos convertirlas en un hábito.

A la gente no le importa tanto

Puede sonar duro decirlo así, pero es esencialmente cierto. Estar atrapados en lo que piensan otras personas y actuar de forma que cumplamos las expectativas que, creemos, tienen sobre nosotros resulta enormemente perjudicial. Tengamos en cuenta que cada uno está a lo suyo y envuelto en sus propios problemas e inseguridades.

Resulta mucho mejor ser conscientes de que la mayoría de lo que pensamos que las personas tienen en su cabeza, acerca de nosotros o de cualquier otra cosa, son solo construcciones mentales que responden a expectativas, percepciones incorrectas o experiencias pasadas.

Ser nosotros mismos sin preocuparnos de lo que piensen los demás es un gran primer paso para nuestra felicidad.

Cambiamos constantemente como somos

Resulta sencillo pensar que somos la misma persona que éramos hace diez años y que seremos así durante otros diez años más. Nos gusta percibirnos como coherentes. Pero no lo somos. Nuestros "yos", pasados, presentes y futuros, son esencialmente independientes debido a que nuestra forma de pensar cambia con nuestras circunstancias y experiencias.

Es por esto que debemos confiar en nuestro yo presente cuando tomamos decisiones. No podemos predecir lo que pensaremos o haremos en el futuro, o basarnos en lo que hicimos hace años. Nuestro poder está en el ahora.

No te compares

Con la presión de las redes sociales para postear continuamente nuestra vida, resulta sencillo caer en la tentación de comparar nuestra vida con la de los demás. La tendencia a subir a internet una versión edulcorada y, muchas veces, manipulada de la vida puede llegar a ser una verdadera fuente de confusión.

Lo cierto es que todos queremos ser aceptados por los demás. Pero la única forma de conseguir que esa aceptación sea genuina empieza por aceptarnos a nosotros mismos. Algo incompatible con las comparaciones.

No asumas que te harán caso

Aconsejar a alguien con respecto a lo que deben o no deben hacer puede ser un camino tortuoso. Si nos lo piden, valoremos hacerlo. Pero siempre tengamos en cuenta que será opción de quien lo recibe hacernos caso o no. No tomemos como personal el que no sigan nuestro consejo.

Recordemos que las personas suelen cambiar su forma de actuar tras haber tropezado. Y siempre será mejor mantener la mano tendida, aunque no sigan nuestras recomendaciones.

Solo puedes controlar tu respuesta (y, en ocasiones, con dificultad)

Cómo reaccionamos a un problema o situación es mucho más importante que la propia situación. La actitud, en esta vida, es lo que más va a contar a la hora de hacer un balance, sobre nuestro estado de ánimo. Podemos reaccionar a todo lo que nos venga encima, consumiendo muchas de nuestras energías. O podemos elegir a qué y cómo lo hacemos.

Saber discernir estas opciones, especialmente en situaciones negativas, puede tener una importancia crucial sobre nuestro bienestar mental.

@LeocadioMartin