Tal vez porque Asier Antona es de La Palma, al presidente del PP le crecen los enanos. Y no me refiero a los de las fiestas lustrales, que son de natural falsos, sino a los del partido. El vitriólico verbo de Juan José Cardona, exalcalde de Las Palmas, salió a pasear esta semana para anunciar a bombo y platillo que ha decidido presentar su candidatura a la presidencia del partido en las Islas. Lo cual es como decir que quiere jubilar al señor Antona. Cardona no da puntada sin hilo. Y dicen que antes de tirarse a las piscinas mete la pata para ver si hay agua. Así que el anuncio habrá venido precedido de la consiguiente ronda de conversaciones para saber con qué apoyos puede contar en el asalto.

Hace algunos meses, el exdelegado del Gobierno en Canarias, Enrique Hernández Bento, entró en erupción política expulsando una candente oleada de piroclastos: el presidente del PP de Canarias -dijo- tendría que ser obviamente de Gran Canaria, porque es la isla donde más votos y más militantes tiene el partido. Ahí quedaron sus palabras como lava petrificada. Es normal que a Cardona le hayan conmovido el espíritu las razones geopolíticas de Bento. Un presidente de una isla menor, como La Palma, es una suerte de desmerecimiento para el señorial partido. Y además está eso de que Gran Canaria ya no está en el mapa político de Canarias y hay que volverla a poner desde la presidencia del PP.

Antona es el candidato que cuenta con el mayor respaldo de la cúpula popular. Y en ese partido Madrid manda un rato. Lo que pasa es que hay algunos ilustres conservadores que han estado también moviendo sus calderos en la cocina de Génova. Se dice, por ejemplo, que Cristina Tavío también está considerando lanzarse a las procelosas aguas de la lucha por la presidencia del PP canario. Y también Herrnández Bento. Y con cuatro candidatos en danza y soltando por esa boca, como ya empiezan algunos, la cosa promete. Ayer once alcaldes anunciaron "espontáneamente" su apoyo a Antona en un prolegómeno de lo que puede ser una tensa contienda.

Mientras todo esto acontece, "Asier en ruta" sigue adelante. El actual presidente ha decidido recorrer las Islas en una especie de campaña adelantada que ha cogido a sus adversarios con el pie cambiado. Cardona parece centrado en hacer su zafra en Gran Canaria y confía en que alguien de Tenerife le pase unos tomates. De momento una de las primeras paradas del actual presidente ha sido con Rodríguez Fraga, el eterno alcalde socialista de Adeje y presidente de la gestora del PSOE. Una reunión entre uno que no puede y otro que tampoco. Habrá sido parca en palabras. Aunque Asier Antona sabe que uno es el dueño de sus silencios y el siervo de sus palabras, en este momento necesita eso que los modernos llaman "visibilidad". O sea, notoriedad. Por eso se ha lanzado a la carretera. Acabará pactando con los nacionalistas, pero ahora toca ocupar titulares.