La destrucción de empleo durante la crisis tuvo efectos devastadores en la población juvenil. Más de la mitad de los menores de 25 años que ha querido trabajar no ha encontrado una oportunidad laboral y España ha presentado una de las proporciones más altas de jóvenes que ni estudian, ni trabajan ni reciben otro tipo de formación, la mayoría obligada por las circunstancias, sin encontrar ocupación y con un desempleo de larga duración.

Hay un conjunto de debilidades del empleo juvenil en España que podríamos calificar como estructurales a las que se sumaron las coyunturales derivadas de la crisis.

La primera, la alta tasa de abandono escolar. La empleabilidad depende en buena medida del nivel formativo. Ante la situación de deterioro del mercado de trabajo creció el número de jóvenes que han optado por completar su formación, reduciéndose el abandono escolar temprano: según la Encuesta de Población Activa (EPA), Canarias es una de las comunidades en la que más desciende el abandono escolar temprano en el último año.

La segunda, una marcada polarización en el empleo joven. Ante la oferta de empleos de baja cualificación, en la época del crecimiento económico y boom del ladrillo, tenemos a jóvenes que abandonaron la formación atraídos por empleos donde ganaban mucho dinero en poco tiempo con poca formación. Y por otra parte, a jóvenes altamente cualificados, desempleados o asumiendo trabajos que están por debajo del nivel correspondiente a su cualificación.

Una tercera debilidad es la elevada temporalidad de los contratos dada la imposibilidad de encontrar un empleo estable y la proliferación de trabajos a tiempo parcial.

No es de extrañar que ante este panorama muchos jóvenes optaran por buscar oportunidades fuera de nuestras fronteras. Ahora hay que darles una respuesta creando condiciones para que puedan retornar a su tierra y esto pasa por que el Gobierno de España sea capaz de consensuar una reforma laboral que mejore la empleabilidad y que aumente la calidad y la estabilidad en el empleo.

Y por último, una debilidad estructural de gran incidencia: el escaso peso relativo de la Formación Profesional, inferior al resto de Europa donde esta formación tiene arraigo y prestigio social.

Recientemente, el Consejo Canario de Formación Profesional aprobó el "Proyecto Enlaza" dando respuesta a la Resolución del Parlamento de Canarias, del pasado marzo, donde instamos al Gobierno de Canarias a la remodelación de la Formación Profesional, avanzando hacia la empleabilidad ligada a la formación mediante una Formación Profesional atractiva, de calidad y adecuada a las demandas reales del mercado laboral y a las necesidades del tejido productivo de Canarias.

En definitiva, una formación con potencialidad y probabilidades reales de dar salidas laborales para lo que es necesario identificar las ocupaciones y los perfiles profesionales que respondan a los sectores que tengan mayor capacidad de demanda de trabajadores a corto y medio plazo.

De poco vale que salgan de las aulas, por ejemplo, administrativos, cuando los sectores productivos pueden estar demandando trabajadores con formación ligada a la innovación o al conocimiento.

Hay que detectar las necesidades del mercado y en función de éstas reforzar e incrementar la oferta formativa, pero también hay que hacer un esfuerzo en informar y orientar las vocaciones de los jóvenes hacia esas necesidades.

La crisis ha hecho dudar a mu-chos jóvenes si valía la pena estudiar y formarse, porque pese a estar formados y preparados, no han tenido salida laboral, castigados por el desempleo o la inseguridad de un empleo temporal o precario.

No es un tópico afirmar que las últimas generaciones son las mejor preparadas de la historia pero esto tiene un sabor agridulce ya que han tenido que enfrentarse a largas temporadas sin empleo o al fenómeno de la sobretitulación, obligados a coger el primer trabajo que se les presentaba.

Queremos lanzar el mensaje de que a pesar de estas dificultades, la educación y la formación es imprescindible para estar mejor posicionados en la búsqueda de oportunidades laborales y que el valor de la formación será aún mayor en la medida que se oriente a las necesidades del mercado de trabajo.

La apuesta por la educación está permitiendo reducir las tasas de abandono escolar temprano. Medidas como la incorporación de auxiliares de conversación en las aulas; la potenciación de la Formación Profesional Dual y la apuesta por mejorar la calidad de la Formación Profesional mediante el "Proyecto Enlaza" nos hace albergar expectativas de que hay un futuro esperanzador para nuestras próximas generaciones de jóvenes si el Gobierno de Canarias logra el objetivo de conectar la formación con el empleo.

*Diputada regional del Grupo Nacionalista Canario

@socorrobeato