Estupefactos votantes de uno y otro lado: Comoquiera que el común de los periodistas se va a pegar otro porrón de semanas hablando de elecciones/investidura, este servidor de ustedes se va por otros derroteros porque, excepto don Mariano Rajoy, el vencedor indiscutible, es lógico que tras los desastrosos resultados los partidos políticos tengan que recambiar algunas cabezas. Uséase: un descabezamiento.

Critico por enésima vez, eso sí, a lo largo de muchos años, la hipocresía del PSOE de tildar de dictador al PP por no utilizar el sistema de primarias. Como ejemplo, me viene a la memoria cuando todo el mundo criticó a Aznar por haber designado a Ra-joy, y yo digo: "¡Menos mal que no eligió a Rato!".

A mí me gusta el sencillo sistema del "Delfín". Es decir: al jefe que se va (o lo echan) le sustituye aquél que más condiciones haya demostrado, amén de la aceptación de la mayoría de los militantes en torno a esa persona. Ahora, los acomplejados del PP (de la Península y de aquí) se van a apuntar al engañoso invento de las primarias socialistas. Una vez más tengo que recordarles, sobre todo al PSOE, que ese sistema, al menos en España, no es que no funcione, sino que además les lleva a la discusión, enfrentamiento y separación. La confrontación enfada a las personas, mete la desazón en el seno del partido y cuanto más ajustado es el resultado, más división produce.

Para los radioyentelevidentes que duden de mi tesis, les traigo un breve recorrido histórico/cronológico empezando por las primarias de 1989 entre Almunia y Borrell, en las que ganando este último se le montó tal pollo estilo judeomasónico que lo fulminaron al año siguiente. ¿Mejor elegirlo a dedo?

Y es que, paradójicamente, suelen ganar los que no están bien vistos por el "apa-rato". Y ¿qué es el aparato? Yo no lo sé y creo que los socialistas tampoco. Recuerdo la lucha en Madrid entre Trinidad Jiménez y Tomás Gómez, que a partir de ese día se decía, ¡Toma Gómez! No digamos las faenas y presiones a Carma/e Chacón para que ganara Rubalcaba. Igualmente, tremendo chasco cuando el aspirante del aparato, Eduardo Madina, perdió ante un tal Pedro Sánchez (que no sabemos qué hubiera sido peor). Y, hace nada, casi otra confrontación entre Sánchez y Susana Díaz, que con las elecciones al lado la dejaron -de momento- con el profundo alivio de doña Susana que prefiere esperar a ver cómo cae la fruta madura... e imprudente.

Aquí en Canarias, por el estilo -sigo con las primarias- sin saber bien fechas y motivos (porque tampoco es cosa que me apasione mucho) pero sí los nombres en liza. Discrepancias en La Gomera con Casimiro Curbelo; discusiones en Gran Canaria con López Aguilar tras bambalinas; enfrentamientos del social/comunista José Manuel Co-rrales en el Ayuntamiento de Santa Cruz, y tremenda paliza la de José Miguel Pérez a Santiago Idem (la guerra de los Pérez).

Por último, el reciente boxeo a cuatro entre, otra vez J. M. Pérez, Gustavo Matos y doña Carolina Darias con la aplastante victoria de la niña Patricia porque votaron, ¡fíjense!, más simpatizantes que militantes. Y es que, "a más abiertas las primarias más sangrantes las heridas".

Tan ineficaz y cabreante sistema es el que ha llevado a los muy democráticos so-cialistas de España (y a los de una hora menos en Canarias) a un invento más sencillo que el mío: "Las primarias de Bartolo... donde se vota a uno solo". ¡Nunca falla!

Tras el bochornoso espectáculo en estas apretadas re/elecciones (ahora va para todos los partidos) espero que los delfines sean más prudentes y no tan agresivos. Como moraleja, creo que el fracaso general se ha debido a la ira, el rencor visceral y las con-tradicciones entre los jóvenes inexpertos Alberto Rivera, Pedro Sánchez y Pablo Igle-sias. Por ahí fuera, el fracaso del Reino Unido fue por la estupidez del imprudente Da-vid Cameron con un mal futuro de consenso con Gibraltar por la chulería de Picardo y atisbo un tambaleo mundial si en EEUU gobierna el insensato Ronald Trump.

En fin: sensatez, prudencia, serenidad y educación, sin llegar al supremo estado de inmovilidad, inanidad, aletargamiento e impavidez del estático, flojo e imperturbable Vicente Del Bosque, que en su momento mereció un marquesado. Descabezamiento.

*APD Analista poli-deportivo

PD. Para los socialistas canarios: Ojo con la coruja que habita en su árbol.