El cronista no ha tenido una semana de reposo, precisamente. Las campañas de los partidos políticos tienen del tingo al tango a los periodistas e informadores en busca del titular importante que llevar a sus medios. Y hay que decir, la verdad, que se da en muy pocas, en escasas ocasiones. El tedio es importante porque la actuación de los líderes es decepcionante. Los argumentos repetitivos recuerdan campañas anteriores y no aportan nuevas soluciones de futuro. Faltan ideas, faltan voces que aporten alguna ilusión para los ciudadanos de un país que soportan el peso de la frustración desde hace ya demasiado tiempo. No hay nada atractivo para estas elecciones, repito, y realzo, ELECCIONES, que a día de hoy...

-...Que a día de hoy, señor, a mí, por ejemplo, esa situación me da mucho placer.

-¿Que le da placer? ¡Usted es un bicho raro, amigo..., amigo...

...¡Bah, no se preocupe usted por mi nombre, soy un observador, simplemente!

¡Y yo, como informador, tío, también observo, confirmo, comento y publico!

-¿Y qué interés tiene comentar esas cosas a sus lectores?

-¡Hombre, todo el interés del mundo! Hay mucha gente implicada e interesada porque es de interés general.

-¡Y tanto! Como que toda nuestra existencia, la humanidad, depende de esa condición maravillosa que nos permite conservar la especie humana.

-¿No se está pasando usted? Hay quien ni participa en...

-...No, no, no hace falta participar. Yo mismo, en mi estricta soledad, siento esa necesidad.

-¡Claro, es necesario que esto ocurra de vez en cuando!

-¿De vez en cuando? ¡Ja!

-Sí, hombre. Cuando algo no funciona hay que hacer un cambio.

-¡En la variedad está el gusto, amigo, nunca mejor dicho... lo del gusto, digo!

-¡Y cierto morbo hasta ver el resultado final!

-¡Cierto! Aunque me reconocerá que antes de llegar a ese éxtasis final, los preparativos son muy importantes.

-Sí, sí... Ahí los medios valoramos lo que se dice, lo que se promete antes, durante los actos..., y si se cumple.

-Claro que hay que cumplir, si no la otra parte se defrauda.

-¡Y tanto! A cuántos no se les acusa de no llevar a cabo sus promesas.

-¡Pues la culpa la tiene quien la dé otra oportunidad! Mucho "jablar", que dice el mago, y poco "jaser". Ya lo dice el refrán: prometer, prometer hasta..., en fin, ya sabe usted el dicho.

-Sí, hay que saber elegir y poner cuidado a quien se vota.

-No, no, si no cumple... Pues eso, como usted dice, se le bota y se busca otra cosa. La vida es corta.

-Y la política debe ser seria.

-¿Y qué tiene que ver la política con esto, amigo?

-Pues la que nos lleva a hacer elecciones.

-¡Ya! ¿Ha dicho elecciones?

-Sí, desde el principio estamos hablando de eso.

-¿Elecciones? ¡Fuerte volada, compadre!

-¿Volada? No frivolice usted con algo tan serio.

-(El paisano no para de reírse). ¡Jajaja!, ¡jajaja!

-¿Se explica, amigo?

-¡Usted hablando de elecciones...!

-¿Sí, sí claro?

-...Y yo me refería, que fue lo que le entendí al principio, a erecciones.

-¡Erecciones! ¡Ahora me explico cómo su morbo no coincidía con el mío!

-Bueno, reconozcamos que en ambas situaciones hay mucho de erotismo.

-¡Y tanto! La llamada erótica del poder.

-¡Amigo, venga esos cinco..., y a votar!

-Sí, E_ecciones. No vamos a discutir por una letra.

-¡Hecho!