Como otros isleños, y como en anteriores convocatorias electorales, seguí por televisión el debate entre los cuatro aspirantes a la Presidencia del Gobierno de España esperando con humor que Canarias apareciera mencionada una sola vez por los candidatos. Por supuesto, no fue así. Se mencionaron grandes capitales como Madrid y Barcelona, se habló de Cataluña, se aludió a Andalucía, a Valencia o a Galicia. Sobre Canarias, ni una palabra. Por supuesto que la exposición y confrontación de perspectivas, estrategias u ofertas programáticas en materia institucional, social o económica son de sumo interés y nos afectan a todos y merecen por todos los ciudadanos una aguda atención. Pero no deja de ser significativo que Canarias no apareciera en el diálogo -poco afortunado, por cierto- entre los candidatos de las cuatro grandes fuerzas políticas españolas. No creo que haya ningún aldeanismo en esta observación, sino la constatación de una humilde realidad.

Y esa realidad es que para ninguno de los candidatos -Rajoy, Sánchez, Iglesias o Rivera- los intereses de Canarias son prioritarios. No discuto en absoluto que cuenten con su peculiar análisis sobre el Archipiélago o que incluso dispongan de algunas medidas para Canarias en su oferta política. Entiendo que se puede defender nuestras islas desde una perspectiva conservadora o liberal o desde una actitud de izquierda reformista o revolucionaria. Pero de lo que estoy convencido es de que su prioridad no es -no puede ser- la defensa a ultranza de los intereses generales de nuestro país atlántico, que solo muy lenta y dolorosamente intenta incorporarse, a base de esfuerzo y sacrificio, después de padecer la crisis económica más dura desde la posguerra. Por eso el nacionalismo canario, integrador y progresista, que representa Coalición Canaria, es más necesario que nunca en el Congreso de los Diputados y en el Senado. Porque para CC Canarias sí es la prioridad absoluta que no puede postergarse. Porque para CC los intereses de los canarios son la única razón de ser. Porque para nosotros Canarias es nuestro único deber.

La sociedad política española se ha polarizado en dos bandos, a izquierda y derecha, y entre otras consecuencias, la polarización significa trincheras ideológicas, suspensión de la voluntad de diálogo, renuncia al consenso como una debilidad o una claudicación. Y en esa polarización caen todos los matices. Creo que es un temor muy fundado que Canarias se convierta -si no lo es ya- en uno de esos matices que caen y se olvidan en el polvo cuando la política se divide y se instala desgraciadamente el frentismo en las cámaras parlamentarias y en las calles. Sin una fuerza de estricta obediencia canaria en las Cortes, Canarias corre el riesgo de desaparecer completamente de la agenda política del futuro Gobierno español para convertirse en objeto de consideración de tercer orden. No es un asunto irrelevante. Quizás por eso un amigo que no es militante y ni siquiera había sido votante de Coalición me dijo que nos pensaba votar ahora, porque entendía que no era necesario ser nacionalista para entender la importancia de contar con una presencia parlamentaria en Madrid no hipotecada por los intereses estratégicos o tácticos de un partido de ámbito estatal.

No podemos permitir que Canarias se convierta en uno de esos matices olvidados en el frentismo que viene porque nos va en ello nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos. No podemos consentir que se olvide Canarias porque unos se obsesionen en salvar su esencia de España para siempre y otros quieran transformarla en Noruega -al parecer Venezuela ya no es el modelo- en seis meses. El próximo y ya perentorio modelo de financiación autonómica, los cambios en la articulación político-territorial del Estado en el marco de un proceso de reforma constitucional, las ayudas al transporte de viajeros y mercancías, la urgente necesidad de contar con fondos para luchar planificadamente contra el desempleo y a favor de la inclusión social, el aumento de las pensiones no contributivas para los actuales y futuros jubilados de las islas, la misma garantía de supervivencia y recuperación del Estado de Bienestar en esta Comunidad autonómica, en fin, son asuntos de una importancia estructural para el desarrollo de Canarias y para el bienestar de sus ciudadanos. Respeto el voto a cualquier opción política democrática, pero creo que si el nacionalismo canario no está presente en las Cortes en la próxima legislatura nos habremos amordazado como pueblo con voz propia. El próximo domingo votar por Coalición Canaria es, más que nunca, votar para que los canarios puedan andar su propio camino y reclamar la satisfacción de sus demandas e intereses.

*Alcalde de San Cristóbal de La Laguna