Mucho más que un deporte, el senderismo no debe ser motivo de competición entre los senderistas, pero sí puede ser competitivo contra nosotros mismos en el sentido de que planteemos retos y objetivos cada vez más difíciles que podamos conseguir, al mismo tiempo que nos acerque a montañas, costas y zonas naturales, así como al patrimonio, culturas y costumbres tradicionales, de tal forma que en muchos casos el senderismo ha recuperado antiguas vías de comunicación como los caminos reales y vecinales, con lo que su práctica es un disfrute de deporte, cultura y medio ambiente.

Además, son numerosos y muy variados los beneficios que proporciona a la salud física y mental y a la prevención de enfermedades, uno de ellos la pérdida de peso cuando subimos las pendientes y barrancos que tenemos en las islas, con un esfuerzo obviamente mayor que en caminatas horizontales. Como todo ejercicio al aire libre, activa la circulación de la sangre y disminuye la tensión arterial, fortaleciendo el funcionamiento cardiaco, si bien cada persona debe dosificar su ritmo y ponerse limitaciones para que lo que tiene que ser un placer no se convierta en dolor, cansancio y sacrificio. El contacto íntimo con la naturaleza nos aleja de ruidos, ajetreos y contaminación de núcleos urbanos, con lo que nos relaja y mejora la salud mental, además de favorecer la conversación y compañía de otras personas.

La proximidad del mar o los senderos entre pinos y laurisilva supone un contacto con el aire limpio, que al respirar intensamente tonifica nuestros alveolos pulmonares, alivia las tensiones y dolores musculares y previene la osteoporosis. Afortunadamente, cada vez se practica más el senderismo, aumenta la conciencia ciudadana sobre sus beneficios y las administraciones públicas colaboran en la recuperación, mejora y mantenimiento de antiguos senderos, señalizándolos adecuadamente para asegurar su recorrido, de tal forma que un escrito en 1972 de la Association de Tourisme Pédestre de París a la Federación Española de Montañismo, solicitando la continuación de un itinerario europeo desde la frontera en Puigcerdá (Cataluña) hasta la parte meridional de la península Ibérica, se puede considerar el inicio de la señalización oficial de senderos en España.

En el caso de Canarias, el auge del senderismo tiene mucho que ver con el desarrollo de un turismo europeo de calidad que ha apostado por él, y de hecho la presencia de extranjeros en nuestros senderos es un hecho habitual que va en aumento, por su cuenta o a través de guías oficiales, de tal forma que en el caso de la provincia de Santa Cruz de Tenerife podemos compaginar interesantes rutas por una extensa red de senderos con zonas recreativas dotadas de servicios, si bien lo característico de nuestras islas es la subida o descenso de barrancos y montañas, lo que exige cierta destreza y resistencia no asequible a todos, aunque la alternativa de trayectos llanos y más llevaderos es muy numerosa y también atractiva, siendo aconsejable transitar siempre por los senderos homologados por los Cabildos, que los ha tipificado en tres categorías: GR, sendero de gran recorrido que suele durar más de un día; PR, pequeño recorrido que puede hacerse en un día, y SL, sendero local inferior a 10 kilómetros. Tenerife concretamente ofrece al senderista más exigente las más variadas posibilidades: lo mismo subir al pico más alto de España que transitar entre la lava o la húmeda y enigmática laurisilva, un baño reconfortante en la costa, o un buen chapuzón en los charcos que tropezamos en el duro recorrido por los cauces de los barrancos.

Cuestión aparte es el susto que a veces nos llevamos cuando de repente encontramos una bicicleta a gran velocidad, problemática que precisa una solución como puede ser habilitar senderos para los ciclistas. Otra es la suciedad que a veces genera la condición humana cuando de un sendero a otro no queda otra que transitar por zonas más urbanas o industriales, como el caso reciente de la costa que une Candelaria, Arafo y Güímar, próxima a la playa de La Viuda, por ejemplo. Mi agradecimiento a los grupos de senderistas, amigos y amigas, gracias a los que poco a poco he ido descubriendo lugares y panorámicas excepcionales de las islas. Va por ellos.

@JVGBethencourt

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