Un anuncio de televisión lanza este mensaje: "Adopta un tío". Es un portal de contactos que ofrece hombres como el que exhibe latas de sardina. "Productos (¿frescos?) de tu provincia" para que puedas elegir alguno a la media de tus conveniencias. Como los hombres importan una repuñetera caca, ningún organismo público se ha movilizado para que se retire la campaña publicitaria. Si el anuncio se hubiera referido a las mujeres, tratadas como una mercancía "adoptable", se habría liado una buena. Las llamas de la ira habrían consumido a los autores de algo que trata a personas como objetos de consumo. Pero en España la figura masculina se puede humillar con total tranquilidad porque el macho carece de cualquier derecho a ser protegido. Por eso lo hacen; porque se puede.