Hay ciertas verdades que son evidentes. Que las energías renovables son más limpias que el gas. Y que el gas es menos contaminante que los derivados del petróleo. Quienes dicen que introducir el gas en Canarias puede retrasar la implantación de las renovables manifiestan una sospecha razonable. Pero hasta ahora no hemos tenido gas y las renovables no se han desarrollado. El futuro de Canarias es aprovechar el viento, el sol y las olas. Pero entretanto la cuestión es si se sigue apostando exclusivamente por el fuel como combustible para la producción de energía eléctrica. En 2008 se frenó el crecimiento de la producción eléctrica, que estaba ya en los 9.400 GWh, con crecimiento superiores al 5% de media anual. La salida de la crisis supondrá un repunte de la demanda energética. Y con el actual sistema de producción hay serias dudas de que podamos satisfacerla.