La teoría del Cisne Negro plantea que existen acontecimientos extremadamente raros e imprevisibles que tienen enormes consecuencias en el transcurso de la historia. El autor de esta teoría, Nassin Taleb, considera que pese a que esos acontecimientos singulares son imprevisibles, sí se puede prever que en algún momento dado sucederán.

Clavijo, entre tímidos aplausos, empezó ayer a construir su nueva historia y la del nacionalismo canario. Un lugar hecho "de aquí en adelante". El joven que subió a la tribuna de oradores, con aspecto ligeramente tímido y voz suave, es un tipo que engaña. Es un puño de hierro en un guante de seda. Escuchó sin perder la sonrisa los zarpazos de una oposición que hizo la añeja, rancia y poco original tarea que se esperaba de ella. Antona, del PP, intentó por todos los medios decirle a todo el mundo que este Gobierno no es nuevo, sino una continuación del anterior. Más de lo mismo, dijo, sin pagarle derechos de autor a Román Rodríguez, de Nueva Canarias, que lleva con ese sonsonete desde hace semanas. Antona, que por ser del PP es un entendido en aves, dijo que le estaba vendiendo un pato. Le faltó decir que cojo, pero eso hubiera quedado de muy mal gusto. Porque el pato cojo estaba justo delante de Clavijo, con cara de estarse preguntando cuando acabaría de una puñetera vez aquel infierno.

Román se gustó tanto con el regate en corto que terminó regateándose a sí mismo. Es lo malo de ir tan sobrado. Pero gustó al respetable, que murmuró asombrado cuando Clavijo, justo a final de la mañana, le metió una estocada de las que no necesitan descabello a la portavoz de Podemos, Noemí Santana, que se llevó la replica escrita desde el día anterior y se ganó el merecido reproche del candidato: "No importa lo que yo diga. Usted ya trae escrita su respuesta". Le dio un meneo que hasta al pato de Antona se le cayeron media docena de plumas.

Clavijo estuvo muchísimo mejor sin papeles. Al menos se le notan las inflexiones. Se fue plantando en el atril, creciéndose y echando raíces que se extendieron por toda la cámara. Su sonrisa se hizo cada vez más ancha conforme pasaban los minutos y se sentía más seguro, más cómodo con el papel que le tocó desempeñar hasta que la presidenta del Parlamento, que lo hizo franca y sobriamente bien, anunció que había sido elegido por mayoría absoluta.

Clavijo sabe que es el relato de lo que pasa, más que lo que realmente pasó. Por eso ha empezado a escribir ya las claves de un tiempo nuevo en el que el presidente lleva mochila y anda siempre con una sonrisa en los labios. Es el joven alcalde al que el destino llevó a la presidencia del Gobierno. Se lo dijo a Asier Antona casi sin querer cuando le recordó el cuento de "El patito feo" para demostrarle con evidencias incontestables que algo que parece un pato, camina como un pato y nada como un pato a veces no es un pato, sino un cisne negro que va a gobernar Canarias. Claro que a veces lo que parece un cisne resulta ser un águila.