Algunos lo llaman plan, otros ilusión, incluso un sueño. ¿No les ha pasado? La necesidad de un plan comienza como un tormento que taladra el cerebro desde el domingo por la noche. La broca del taladro viene a molestar de verdad el lunes por la mañana. Algunos ven los lunes grises, yo siempre imagino un blanco muy frío. En fin, cosas de colorines.

Con la crisis eterna que nos golpea desde hace años, la búsqueda del plan se ha convertido en una especie de cacería feliz, donde la presa toma muy variopintas formas. Tenemos de todo: desde quien se conforma con un bocata de sardinas y una cerveza a la orilla del mar, hasta quien necesita gastar como un descosido para saciar la ilusión. ¿Se dan cuenta? Hasta para ilusionarse cuenta el dinero. Hay quienes piensan en viajes, en escapadas. Hay quienes sueñan en listas electorales, poder o prestigio. Tenemos planificadores para todos los gustos. Los tenemos con el sueño de pagar la hipoteca o de que el trabajo toque a la puerta, y porqué no, los tenemos abonados a la lotería. Si soñabas ¿loterías? Los tenemos soñadores del gol perfecto, o del triple desde 8 metros. Los que se ilusionan con la exclusiva del año. Los que viven para hundir al rival. Sueños e ilusiones. Nos mantienen vivos. No dejen de soñar, es gratis, y lo mejor de todo, los sueños a veces se cumplen.

@sdnegrin