Quizás este comentario no interese a la mayoría, por aquello de que aún no ha cumplido 53 años, pero habría que recordarles que, gracias a este cambio político, deseado y esperado, hoy en día podemos expresarnos libremente y sin tapujos, guardando únicamente las formas por pura ética verbal. El pasado día 20, casi de puntillas porque la memoria es frágil, se evocó con una publicación alusiva, obra del minucioso e infatigable Pedro Lasso Purriños, la efeméride de los 35 años de la constitución del primer Cabildo democrático y los 31 ayuntamientos respectivos de esta Isla, la más extensa del archipiélago. Un presidente, 27 consejeros, 31 alcaldes y 480 concejales conformaron el ilusionante reto de erradicar las secuelas de los 36 años de dictadura, aunando todos sus esfuerzos al margen de ideologías y rivalidades, para construir lo que ahora ya tenemos consolidado y que supone nuestra democracia.

Fue José Miguel Galván Bello, nuestro Lord Chasna, el primer artífice del cambio, secundado también por las nuevas corporaciones de los 31 ayuntamientos, con sus respectivos alcaldes. Carentes de experiencia política, por sus profesiones habituales, manifestaron su voluntad colectiva por un proyecto común de libertades, tal como expresaron Manuel Hermoso, primer alcalde democrático chicharrero, y Lorenzo Dorta, consejero más longevo en su cargo insular, participantes ambos del acto.

Fue el propio autor, Pedro Lasso, el glosador inicial de la efeméride del 3 de abril de 1979, donde todos, el propio pueblo y sus elegidos, decidieron en las urnas el futuro que actualmente disfrutamos, y también, con algunos defectos, padecemos.

Manuel Hermoso, por su parte, recordó que pese a no tener mayoría absoluta, representando a la extinta UCD, el clima de consenso -más tarde obtendría con ATI 21 concejales- fructificó gracias a la ilusión por un cambio. A pesar de los diferentes criterios ideológicos y aún con la mayoría absoluta posterior, continuó con la oposición gobernando a favor de una población aún desconocedora del régimen de libertades democráticas. Lorenzo Dorta, último en manifestarse, recordó que fue obligado en 1969 a aceptar el cargo de alcalde de Garachico por el poncio Mariano Nicolás. Función corroborada luego en las elecciones libres de 1979. También evocó la escasa liquidez municipal y su salvaguarda al formar parte de la corporación del Cabildo, que era, y sigue siendo, la solución económica del desarrollo del territorio insular.

Presentados todos por actual presidente, Carlos Alonso, y con la intervención del consejero Cristóbal de la Rosa, valedor de la edición, concluyó este acto que debiera ser insustituible moraleja para los actuales partidos políticos -con significativas ausencias-, empeñados en sus luchas intestinas por el poder y ajenos mayoritariamente a las aspiraciones de sus propios administrados. Origen inequívoco del paulatino divorcio del pueblo con su clase dirigente, cada vez más alejada de la realidad social.

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