La factura de la luz se está haciendo famosa. Y polémica. Nos cobran más del doble de lo que realmente consumimos. Porque hay que pagar las redes de transporte (que están en manos de REE, una empresa privatizada en bolsa) y la deuda histórica de la energía eléctrica, que asciende a más de 26.0000 millones de euros. Y los impuestos que se aplican a cada kw. No son las empresas eléctricas las que hacen el gran negocio con la luz. Es el Gobierno. Cada vez que llenamos el tanque de combustible, cada vez que encendemos la luz, estamos pagando impuestos y costos camuflados en una tarifa que no se corresponde con el precio real de lo que consumimos. Nos desangran.