Parece que, al fin, la provincia de Santa Cruz de Tenerife tendrá un radar. Han tenido que pasar años, varias catástrofes en forma de lluvia, viento e inundaciones, víctimas mortales incluso, para que al fin alguien haya entendido que las predicciones, por este lado del Atlántico, tienen cierta importancia para los que poblamos estos territorios alejados.

La última ya la conocen, hace una semana. La Agencia de Meteorología había previsto que caerían unos 30 litros por metro cuadrado en una hora; al final cayeron 140 litros y ya saben la carajera que se montó. Además, ya han oído lo que ha dicho uno de los predictores: parece que nuestra querida ciudad, aseguran, es el paraíso perfecto para este tipo de fenómenos atmosféricos.

La verdad es que dejan a uno tranquilo. Saber que, de tanto en tanto, vamos a tener litros y litros de lluvia y la ciudad patas arriba. Es verdad que la propia disposición de la capital, asentada en múltiples barrancos, hace casi imposible que las inundaciones no ocurran.

Y también es verdad que la meteorología no es ciencia exacta. Por eso, probablemente, la importancia de un radar, que instituciones y ciudadanos llevan años y años pidiendo. Estará instalado en terrenos cedidos por el Cabildo. A ver si sirve de algo. Por lo menos para tranquilizarnos un poco.

@sdnegrin