Las carreteras de Tenerife presentan en muchos puntos un aspecto descuidado y hasta peligroso. Y vaya por delante que el Cabildo y su servicio de carreteras están haciendo un esfuerzo titánico para poner parches día tras día. Lo último ha sido lo de la vía sin concluir entre Adeje y Santiago del Teide.

Es el cierre del anillo insular, y es el tramo que falta para salir de Icod y llegar al sur de Tenerife en solo 25 minutos y viceversa. Ahora, de hora y media como poco no baja el trayecto, fastidioso y lleno de curvas. Imagínense la importancia de la obra para el traslado de trabajadores, mercancías y demás. Imagínense el ahorro de combustible y el impacto en el medioambiente.

Pues ahí está esa obra, parada, porque del Estado no llega el dinero para acabarla. Dinero al que se había comprometido. Ha tenido que ser el Cabildo de Tenerife el que tire para adelante poniendo los 400 millones necesarios, para una obra necesaria. Entre otras cosas porque una carretera parada acaba teniendo graves deficiencias estructurales.

Parece que el Cabildo adelanta el dinero y lo devolverá el Gobierno Canario cuando pueda. O sea, que Carlos Alonso se puede poner cómodo, porque va a tener que esperar. Así y todo, un paso importante. Si todo va bien, en enero, la carretera estará funcionando.