Saben nuestros lectores que los martes, al igual que los domingos, convertimos nuestro habitual comentario diario en editorial. El domingo porque es el día adecuado para hacer una reflexión, a modo de resumen, de lo que ha sucedido durante la semana, y el martes para analizar lo que tenemos por delante. Por eso traemos hoy a estas páginas un asunto abordado por Paulino Rivero, en calidad de presidente del Gobierno de Canarias, en su blog. No nos ha llamado la atención lo que dice acerca de que el rey de España debe escuchar a los canarios. Los canarios seremos oídos y hasta escuchados en la capital del Estado cuando nos demos a respetar de la misma forma que lo hacen los catalanes y los vascos. Sin violencia -queremos pensar que el terrorismo etarra pertenece al pasado-, sin estridencias pero con firmeza. Con toda la firmeza de la que es capaz un pueblo que se ha caracterizado siempre por su afabilidad con quienes han llegado de fuera, pese a que las intenciones de esos foráneos no han sido siempre buenas.

Entre lo dicho por el presidente del Ejecutivo autonómico este fin de semana en su página web queremos destacar lo relacionado con la situación de Canarias dentro de la Unión Europea. Una situación económica variable en el tiempo que depende de otra inamovible, como lo es nuestra ubicación geográfica. Recuerda Rivero que hoy martes y mañana miércoles se celebrará en Bruselas el III Foro de las Regiones Ultraperiféricas. Un encuentro de especial relevancia, a su entender, porque coincide con la renovación de las instituciones comunitarias y porque los meses que se avecinan son trascendentales para definir las políticas de cohesión. Añade el presidente del Ejecutivo regional que Canarias acudirá a esta reunión con el objetivo de subrayar la imperiosa necesidad de que las instituciones europeas afiancen, e incluso intensifiquen, su compromiso con las regiones ultraperiféricas, así como para reivindicar la ejecución de programas concretos que nos ayuden a consolidar la recuperación económica y la creación de empleo. Sin ánimo de extendernos en la palabrería habitual, que cansa hasta el aburrimiento tanto a nosotros como a quienes nos leen, nos resistimos a dejar en el tintero una última idea de las reflexiones del presidente del Gobierno canario a este respecto: "Hace ya seis años que la Comisión Europea lanzó la Comunicación ''Las regiones ultraperiféricas: una ventaja para Europa'', con el objetivo de cambiar la percepción de estos territorios como meros receptores de ayudas comunitarias. Desde entonces, han sido muchas las reuniones que se han celebrado para cambiar ese paradigma y para visibilizar las fortalezas de las RUP en diferentes áreas de conocimiento".

Este es el quid de la cuestión. ¿Vamos a seguir siendo los mendigos de Europa, los sempiternos perceptores de subvenciones, o vamos a asumir de una vez el papel de país desarrollado que nos corresponde en el mundo? No es ninguna demagogia decir que podemos vivir como los países más ricos del planeta. Lo inconcebible es tener que publicar noticias como la que recogíamos ayer en nuestra edición digital: "Cáritas atiende a 600.000 personas más en 2013 y supera ya los 2,5 millones". Muchísimas de esas personas viven en Canarias. ¿Cómo se explica esto en un Archipiélago que recibe casi doce millones de turistas cada año? Turistas que cada vez gastan más, como lo están confirmando reiteradamente las estadísticas.

Tanto CC como el PSOE, los partidos que gobiernan coaligadamente en las Islas, están malgastando un tiempo precioso en luchar contra los molinos de viento del petróleo en vez de centrarse en conseguir las excepciones legislativas necesarias, de forma especial en materia fiscal, tanto en Madrid como en Bruselas. Necesitamos leyes que protejan nuestros sectores productivos de una feroz competencia que nos llega de fuera, ante la que poco o nada podemos hacer -sin esas especificidades que reclamamos- debido a que no disponemos de una economía con escala de mercado suficiente para ser rentable por sí misma.

"Aún estamos a tiempo de enderezar el rumbo, de superar una dialéctica estéril de confrontación y buscar un diálogo fructífero", manifestó ayer el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, tras el Consejo de Ministros celebrado con carácter extraordinario para frenar la consulta soberanista convocada por Artur Mas. Aunque Rajoy no lo ha especificado, entre las muchas cosas de las que pueden hablar están los 23 puntos que Mas le planteó en la última reunión mantenida por ambos en Madrid. ¿Cuándo recibe Rajoy a Rivero para hablar del petróleo? Ni le hace caso. Y no hacerle caso al presidente del Gobierno de Canarias supone, de alguna forma, ningunear también a los canarios; dicho sea sin demagogias y mucho menos sin ánimo de convertirnos, a estas alturas, en acérrimos defensores de las políticas emprendidas por el presidente del Ejecutivo autonómico.

La culpa de que en Madrid nos consideren una autonomía de segunda la tiene el actual presidente del Gabinete regional, al igual que la tuvieron todos sus antecesores, por su actitud servil ante las altas instancias del Estado que siempre han estado en manos de los políticos del PP o del PSOE. Y todo ello por una simple razón de estrategia política. Basta echar un vistazo a los resultados de las sucesivas elecciones para entender que CC ha necesitado mucho más los votos de los citados partidos estatistas en el Parlamento de Canarias, de lo que el PP o el PSOE han precisado los de CC en el Congreso de los Diputados. Es decir, más que ofrecer apoyo, los nacionalistas canarios han tenido que reclamarlo para no perder el poder en el Archipiélago.

Es cierto que tenemos mucho camino por delante. Muchísimo. Todo el que no se ha recorrido durante estos años. Los sucesivos gobiernos regionales no han querido entender ese sabio proverbio chino de que el camino más largo empieza con el primer paso. Un paso inicial que no se ha dado, o al menos no se ha dado en la dirección correcta, porque siempre han primado más los intereses de los políticos canarios, con independencia del partido en el que militen, que el bien común de unas Islas injustamente tratadas por la historia. Las consecuencias son esos cientos de miles de parados, esas listas de espera para recibir atención hospitalaria, esa emigración de una juventud que no encuentra trabajo en su tierra... ¿Para qué seguir enumerando unas carencias conocidas por todos?

En contra de lo que dicen quienes nos acusan de alegrarnos cuando las cosas van mal porque así tenemos motivos para criticar al Gobierno autonómico, sentimos una gran satisfacción cuando publicamos que las ventas del comercio minorista se han incrementado un 3,7 por ciento en Canarias en agosto respecto al mismo mes del año anterior, siendo uno de los aumentos más significativos de todas las autonomías.

También felicitamos a José Carlos Francisco por haber sido reelegido ayer como presidente de la CEOE-Tenerife, al encabezar la única candidatura que se presentaba. Quiere el renovado presidente de la Patronal tinerfeña una unidad de actuación con los empresarios de Las Palmas, pues la considera vital. De acuerdo, siempre que no se haga en clave de sumisión a la provincia oriental, que ha sido la tónica habitual en los últimos años. Sin embargo, mucho nos tememos que las cosas no van a cambiar mucho, considerando que el empresariado de Las Palmas se ha posicionado fuertemente alrededor del PP y de su líder regional, amén de ministro de Industria, José Manuel Soria. Algo que no ha ocurrido en Tenerife.