Tras la autorización (Resolución del MIET de 11/08/2014, BOE 13/08/2014) para realizar prospecciones petrolíferas frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura, que el Gobierno de España otorgó al consorcio de empresas RIPSA en 2012, se ha generado un debate político, medioambiental y social desmesurado. Mientras el Gobierno central apuesta por la explotación de estos yacimientos, de haberlos, el Gobierno de Canarias y los cabildos de Lanzarote y Fuerteventura se muestran en contra. A favor de las prospecciones y la extracción de hidrocarburos en la zona, se argumenta que Canarias tiene un elevado índice de desempleo (superior al 30%), y la necesidad de diversificar la economía -dos realidades objetivas-. Repsol asegura que en los tres primeros años de explotación generará entre 4.000 y 5.000 puestos de trabajo. En contra de esta actividad, se hace alusión a los numerosos riesgos que implicaría para el medio ambiente, la biodiversidad, la población, y concretamente para la actividad turística, como actual motor económico de la región. Se destaca, además, la preocupación al tratarse de perforaciones en aguas profundas. Por su parte, Repsol y otros expertos aseguran que la compañía tiene mucha experiencia en este tipo de extracciones, que en Brasil han llegado a los 7.000 metros de profundidad, y que la normativa europea en esta materia es muy estricta, por lo que el proceso va a ser muy seguro.

Existe aún gran incertidumbre acerca de los beneficios económicos que la extracción de hidrocarburos aportará a España y a Canarias. El único beneficio fiscal establecido sobre este tipo de yacimientos, hasta el momento, vendría aportado por el impuesto sobre sociedades. La legislación vigente no establece canon alguno sobre el hidrocarburo que se extraiga, no obstante se asegura, desde el Ministerio de Industria, la posibilidad de crear un tributo especial sobre los ingresos que perciba el Estado sobre esta explotación para beneficiar a Canarias. Algunos aspectos legales están resueltos, como la competencia sobre la extracción de hidrocarburos que es estatal, y, para el límite que separa las aguas españolas de las marroquíes, el Gobierno de España ha empleado la línea mediana entre ambos países.

Canarias tiene como meta la reducción de la utilización de fuel-oíl en la producción energética y el aumento del uso de energías renovables. Sin embargo, hemos de recordar a nuestros paisanos canarios que el 27% del petróleo que se consume en Canarias es para producir electricidad. Es en este 27% donde está el espacio para utilizar energías renovables. El 73% del consumo restante es de fueloil para los barcos, queroseno para la aviación y gasolina o gasoil para nuestro transporte interno, que seguirá necesitando el petróleo. Pero la extracción de petróleo no tiene por qué implicar que éste se vaya a consumir en las Islas, por lo que no es necesariamente incompatible con la utilización de energías renovables. En este sentido, varios operadores turísticos han asegurado que esta actividad va a dañar la imagen de Canarias como destino turístico que apuesta por la sostenibilidad y el aumento de las energías renovables. A este respecto, Repsol argumenta que hay países, como Brasil y Noruega, donde petróleo y turismo coexisten en armonía.

El proyecto consiste en la realización de dos sondeos, denominados Sandía-1X (somero/desviado) y Chirimoya-1X (somero/desviado), siendo el sondeo denominado Zanahoria-1 (profundo/vertical) contingente a los resultados de los dos primeros, en los permisos denominados «Canarias 1» a «Canarias 9», localizados en la cuenca atlántica de Canarias-Canal Canario- y, hasta el momento, inexplorada por sondeos. Su objeto es investigar la existencia de hidrocarburos en la cuenca, siendo el objetivo principal los depósitos arenosos turbidíticos del Terciario y Cretácico. La profundidad promedio de los dos sondeos primeros sería de unos 3.000 m. con una lámina de agua del orden de 1.000 m. La profundidad del tercer sondeo (contingente) sería de 6.900 m. con una lámina de agua también de 1.000 m.

Hay que tener en cuenta que las profundidades estimadas pueden sufrir variaciones, asimismo, en los sondeos Chirimoya-1X y Zanahoria-1, en caso de que se presentasen problemas durante la perforación que no permitiesen la correcta evaluación de la trampa estratigráfica (reservorio) se podría considerar la realización de un «sidetrack» ( sondeos direccionales), con el objetivo de evaluar económicamente la producción de la roca-almacén.

La unidad de perforación que llevará a cabo el programa de perforación propuesto es la unidad de posicionamiento dinámico Rowan Renaissance. Se trata de un barco de perforación de última generación con capacidad de perforar sondeos de hasta 12.000 m. de profundidad, en profundidades de lámina de agua de más de 3.500 m.

Al final de la perforación de cada sondeo se realizará una evaluación del yacimiento (mediante diagrafías eléctricas) y, si procede, se efectuará un muestreo guiado en el fondo, usando una herramienta MDT (probador modular de la dinámica de la formación) para la medición de la presión y la obtención de muestras de fluidos de la formación. Asimismo, con objeto de calibrar la imagen previa del subsuelo con los datos reales de sondeo, se realizará un perfilado acústico de fondo.

En cuanto a riesgos generales, existen normas muy estrictas, las mismas que en Noruega, Reino Unido y Holanda, donde nunca ha pasado nada, ¿por qué va a ocurrir algo aquí? El riesgo más alto que tiene Canarias es que el oeste africano produce 5 millones de barriles de petróleo al día y no consume ni 500 mil. El resto va a parar a Europa, pasando entre Lanzarote y Fuerteventura a través del Canal Canario. A ello hay que sumar el gran transporte naval de otros minerales y mercancías peligrosas por esta zona. Ante esta realidad de muchos años, los canarios permanecen impasibles... y despreocupados.

Por lo que se refiere a riesgos de seguridad rutinarios en este tipo de sondeos exploratorios, se han tomado todas las normas europeas al respecto. Asimismo, los coeficientes mínimos de seguridad, calculados para el análisis del diseño de tuberías de los pozos, han sido comparados con los estándares NORSOK (sector noruego) y cumplen con los mismos. También los diseños de abandono de cada pozo, están conformes con los estándares NORSOK D-010, para estar en plena conformidad con la filosofía de la doble barrera.

Respecto de la monitorización y seguimiento de la sismicidad inducida por las perforaciones, se considera necesaria la instalación de, al menos, un acelerómetro en la isla de Lanzarote y otro en la de Fuerteventura (considerando idóneas las instalaciones de las Sedes Insulares de la Subdelegación del Gobierno), estimándose igualmente necesaria la instalación de OBS (sismómetros de fondo oceánico) con antelación a la ejecución del proyecto, al objeto de garantizar la calidad de la señal emitida.

Pues bien, después de todas estas consideraciones técnicas y de seguridad, no cabe retrotraerse a posiciones decimonónicas y catastrofistas, descartadas en la actualidad por la experiencia y el avance tecnológico... La reacción medioambiental, actualmente, carece de justificación objetiva real, pues de lo que se trata es de intentar investigar y explorar mejor, antes que proceder a una explotación. Cuando llegue la fase de explotación, si llega..., ya hablaremos de los riesgos que comporta y cómo solucionarlos.

En cuanto al Gobierno de Canarias, exigente al máximo con el Gobierno español, para que se cumplan todas las medidas de seguridad, sugerirle que cuando Paulino Rivero (presidente del Archipiélago) vaya a hacer visitas a Marruecos, se preocupe de hablar con el rey Mohamed para exigirle las mismas condiciones de seguridad a sus prospecciones.

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