Son muchos los méritos que reúne Santa Cruz de Tenerife como para disponer de una marca turística propia, a la que se asocien determinados valores con el fin de crear una visión positiva como destino turístico entre el público: la Marca Santa Cruz.

El Partido Popular lleva años reclamando que se cumpla el principio más básico del marketing: sacar partido a nuestros atractivos y eliminar todo aquello que genere una imagen negativa.

Más de tres décadas de gobiernos de Coalición Canaria no han servido para conseguir que la principal urbe de esta provincia, cocapital de la comunidad autónoma, alcance el estatus turístico que, por derecho, le pertenece. Una ciudad que es puente entre tres continentes, con kilómetros de litoral y un flujo continuado de visitantes tendría que estar en disposición de lograrlo, pero las carencias de un alcalde y un gobierno municipal cuya única obsesión es perpetuarse en el cargo, a costa de lo que sea, constituyen un lastre insalvable.

Inmuebles apuntalados, grúas paradas y solares sin esperanza de ser edificados son el triste resultado de años de parálisis inversora en Santa Cruz. Atrás han quedado muchas oportunidades para la inversión y el desarrollo, y perseveramos en los mismos errores, justo cuando la crisis económica se ha llevado por delante muchos proyectos vitales delante de nuestras narices.

No olvidemos que gobernando la ciudad se encuentra hoy un alcalde que se resiste a abandonar pese a que no ganó las elecciones. Pretende apuntalarse en el cargo a base de conceder ayudas sociales y una feroz campaña en medios de comunicación para derribar a su oponente político.

Los dirigentes de su partido ya no saben cómo aconsejarle que se vaya para que no desgaste más la -ya de por sí, desgastada- Marca Coalición, falta de rumbo y convertida en la Nueva Izquierda Canaria. Santa Cruz les da igual. El único problema que ellos ven es la renovación de su proyecto político y eso que ellos llaman "recuperar la calle", o al menos eso proclaman.

Podemos volver la vista atrás y contemplar el balance de la gestión del Gobierno de CC, con el apoyo del PSOE, en los últimos tres años, que han sido los de menos inversión en 518 años de historia de Santa Cruz. ¿Tenemos una ciudad ordenada? ¿Qué ven los cruceristas -si alguno se queda entre nosotros- que desembarcan en nuestro puerto? ¿Tenemos, por tanto, imagen turística? ¿Tienen nuestras playas accesos dignos al mar y restaurantes con mesa y mantel? ¿Hemos recuperado los espacios que llevamos años reclamando al puerto? ¿Tenemos carril bici? No hay nada de eso, ni tenemos empleo para centenares de familias con todos sus miembros en el paro, pero tenemos los subsidios y los proyectos irrealizados de un alcalde feliz de repetir como candidato de su partido.

Nos hace falta inversión. La propia y la ajena. No olvidemos que el gobierno que encabeza el alcalde Bermúdez es el más obstruccionista de España, y apenas concedió 10 licencias de obra mayor nueva en todo el año 2013 en Santa Cruz, y solo 860 de obra menor. Lo normal, si tenemos en cuenta que no se tramitó ni una sola licencia de obra nueva en menos de tres meses.

Si ustedes, como yo, tienen amigos o familia en Las Palmas de Gran Canaria o en La Laguna, habrán escuchado cómo han cambiado ambas ciudades en los últimos 15 años. Sin querer abusar de las comparaciones les pregunto, ¿a cuántos chicharreros nos gustaría entonar esa misma frase?

Y eso que hasta hace bien poco Santa Cruz era una fiesta, la fiesta continuada de CC. Quienes hoy llevan las riendas del Ayuntamiento no han sabido adaptar su lenguaje y su gestión a la crisis, y la Marca Coalición ha terminado por arrinconar a la Marca Santa Cruz.

Pero mientras ellos discuten hoy sobre cómo salvar su pellejo y renovar el proyecto de su partido político, se nos cae a pedazos nuestro valioso patrimonio histórico, como también se caen las viviendas protegidas de más de una docena de núcleos de Santa Cruz. Un símbolo, una marca que se desmorona, apuntalada como nuestro alcalde.

Portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Santa Cruz y

vicesecretaria regional del

PP de Canarias