Otra semana más ha sido noticia el debate -o la batalla- sobre las prospecciones en aguas cercanas a Canarias. El jueves Paulino Rivero advertía a Mariano Rajoy de que si no interviene en el asunto de dichas prospecciones y toma decisiones distintas para Baleares y Canarias, se enfrenta a una ruptura de las relaciones institucionales entre las administraciones central y regional. "Si llegamos a la conclusión de que por motivos políticos se resuelve una declaración medioambiental negativa para Baleares, que es lo que se está avanzando, y deja tirado a los canarios, tiene todos los números, todos los boletos, para que se produzca una ruptura de las relaciones institucionales", ha amenazado el presidente de nuestro Ejecutivo autonómico.

que esta misma semana los regionalistas baleares, en concreto el partido Propuesta por las Islas, han pedido la suspensión cautelar de las prospecciones en Canarias apelando a la cordura y el compromiso que un Gobierno debe mantener con los ciudadanos. En este sentido han recordado que tanto en Canarias como en Baleares las prospecciones se hacen contra la opinión de la sociedad, las recomendaciones de las formaciones ecológicas y la oposición del sector turístico.

Volviendo a nuestro Archipiélago, la consejera de Empleo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias, Francisca Luengo, le ha exigido al ministro de Industria que confiese a los canarios por qué y a cambio de qué permite, autoriza y promociona las prospecciones en las islas pese al rechazo de toda la sociedad canaria. Añade la señora Luengo, a quien apreciamos como persona pero rechazamos como política por el comportamiento que ha tenido con esta Casa, que José Manuel Soria tenía dos encargos clarísimos desde que lo nombraron ministro: aniquilar las energías renovables en toda España y, por supuesto, en Canarias, y sacar del cajón el expediente que dejó Aznar, que es la autorización de las prospecciones en Canarias. En este punto nos permitimos recordarle a la señora consejera que las autorizaciones para los sondeos, tanto en Canarias como en España, las concedió el Gobierno que entonces presidía José Luis Rodríguez Zapatero. Dice un proverbio chino que la tinta más pálida es mejor que la memoria más retentiva, y todavía no ha transcurrido el tiempo suficiente para que palidezca, hasta hacerse ilegible, la tinta de los periódicos guardados en las hemerotecas. Por lo demás, nos parece bien que la consejera de Empleo, Industria y Comercio diga que el Gobierno de Canarias va a seguir en la pelea constante de impedir que las prospecciones se hagan en las Islas porque esa actitud supone defender al Archipiélago. Nos parece bien, como decimos, ese espíritu patriótico, pero nos parecería mejor que abarcase no solo el tema del petróleo sino todos los que afectan a Canarias, que son muchos. Asuntos de los que la señora Luengo, y con ella casi todos los militantes de un partido estatista como lo es el PSOE, se olvidan con harta frecuencia porque lo que prima es la disciplina impuesta desde Madrid para no dejar de salir en la foto.

Hay algunos detalles adicionales sobre lo sucedido a lo largo de la semana respecto a los sondeos en busca de petróleo que dejamos fuera de este resumen de prensa no por poco significativos, sino en aras de no cansar al lector. Lo primero que se nos ocurre pensar es que, allá donde esté, José Rodríguez debe reírse a carcajadas. ¿Ahora descubre Paulino Rivero el trato de comunidad de tercera categoría regional, nunca mejor dicho, que le dan a Canarias los gobernantes de Madrid, sea cual sea el partido al que pertenezcan? Lo que decimos para el presidente del Gobierno autonómico vale para muchos políticos más, también de la más variopinta ideología, que en los últimos años han arremetido contra EL DÍA al considerar desmesurados sus editoriales. Políticos y también personas ajenas a la política que nos han atacado sin piedad; sin pararse a analizar ni un momento si teníamos razón en nuestros planteamientos. Solo nos queda por ver a Paulino Rivero exigiendo la independencia de Canarias si ese trato diferenciado, y por lo tanto discriminatorio, entre Baleares y nuestro Archipiélago llega a materializarse.

Estaríamos ante un hecho que, sin embargo, no nos sorprendería. En la España de las autonomías ganan quienes protestan y exigen en Madrid, no quienes acuden a la capital del Reino a doblar la cabeza. En este juego se gana con movilizaciones como las que hay continuamente en Cataluña para reclamar el derecho a la secesión. No abogamos por la violencia. Nunca lo hemos hecho. Lo que siempre le hemos pedido a los canarios es que abandonen esa postura tan acomodaticia como suicida de no hacer nada. El aplatanamiento ha sido nuestra ruina en el pasado y lo será también en el futuro si no nos desprendemos de él.

El asunto del petróleo es un hecho grave pero no único. Se habla de establecer un impuesto especial a las extracciones, de forma que las Islas tengan un beneficio a cambio de soportar los riesgos. Por ahí habría que haber empezado. La batalla numantina contra las prospecciones emprendida por Rivero y su Gobierno está perdida de antemano. Formamos parte del Estado español y las cosas no van a cambiar en un futuro inmediato, tanto si nos pesa como si no. Por lo tanto, lo que procede es sacar partido de las circunstancias. Las decisiones absolutas sobre sus recursos, sobre la administración de su territorio, sobre las relaciones internacionales que más le convienen, solo las puede adoptar una nación soberana; algo que, de momento, no es Canarias.

No somos un país soberano ni tampoco las Islas Afortunadas de antaño. Durante las últimas semanas hemos querido destacar buenas noticias en nuestras portadas, pero la realidad se impone. Publicábamos el viernes de esta semana que la ONG Sonrisas Canarias de Valleseco lleva ya cerca de 50.000 atenciones a personas que piden alimentos en lo que va de año. En todo 2013 tuvieron alrededor de 27.000. Los responsables de esta organización no perciben que haya brotes verdes ni que las cosas hayan mejorado para el grueso de la población en el último año. Máxime en el mes de agosto, donde tienen que habilitar un día especial, los lunes, para atender a personas sin cita previa, que están apuradas o son nuevas altas. Lo normal es atender entre 2.500 y 3.000 personas a la semana. Sueñan los responsables de esta ONG con el día en que no hagan falta sus servicios y puedan volver a su vida normal. Un horizonte que por ahora ven muy lejano.

¿Tenemos o no tenemos razón al decir que hay hambre en Canarias?, nos preguntamos un día más La hay. Mientras los políticos se enzarzan en discusiones sobre el petróleo, o mientras se dan codazos para ocupar un buen puesto de salida en las listas electorales y asegurarse otros cuatro años de poltrona, muchos isleños no tienen ni que llevarse a la boca. ¿Dónde están los políticos capaces de resolver esta situación? ¿Dónde están los hombres y las mujeres que tanto necesita Canarias para salir de la miseria económica y social en la que ha caído? ¿Volverá el pueblo a caer en el masoquismo de votar por quienes tanto han engañado al pueblo? Reflexiona, canario, porque el curso político que comienza a la vuelta de las vacaciones desemboca directamente en las elecciones municipales y autonómicas.