Tenerife lidera la creación de puestos de trabajo turísticos en Canarias. Esta isla está a la cabeza del Archipiélago en muchos aspectos menos en protagonismo. Por eso no entendemos las declaraciones de José Luis Delgado, consejero de Carreteras y Paisaje del Cabildo de Tenerife, de que Tenerife tiene, con diferencia, las peores carreteras de Canarias. ¿Por qué ocurre esto en la isla más extensa, más poblada y con mayores recursos de Canarias? ¿A cuenta de qué tanta generosidad con Las Palmas a la hora de asignar y construir infraestructuras, y tanta cicatería con Tenerife?

La culpa no la tienen nuestros "hermanos canariones" por ser más listos que nosotros. La tenemos los tinerfeños por su apocamiento. La tienen también unos políticos tinerfeños asustadizos por propia naturaleza. Políticos que se echan a temblar apenas los ecologistas les sacan a la calle dos centenares de manifestantes. Un político ha sido elegido por un período de cuatro años y debe tomar en el transcurso de la legislatura las decisiones que sean convenientes de cara al bien común, al margen de que le den o le quiten popularidad. No se puede contentar siempre a todos. Gobernar al dictado de los impertinentes es suicida. Ahí tenemos proyectos como el de la playa de Las Teresitas, asuntos judiciales al margen, durmiendo no el sueño de los justos sino el de una de las mayores injusticias sociales, pues resulta difícil concebir un mayor daño a una sociedad que cercenarle sus posibilidades de desarrollo.

"En mis viajes por el resto de islas del Archipiélago he podido observar que sus infraestructuras viarias se encuentran en mejores condiciones", añade José Luis Delgado. Considera este consejero insular que la política aplicada por el Gobierno de Canarias "es muy poco solidaria porque ha repartido por igual el dinero entre Tenerife y Gran Canaria y se les llena la boca al decirlo". Una equidad poco socializante a su juicio. ¿Y qué hacen los políticos de Tenerife para reconducir esta situación?, volvemos a preguntarnos.

Ha dicho también José Luis Delgado en las declaraciones recogidas por EL DÍA en su edición del domingo que cuando accedió al cargo de consejero de Carreteras encontró una red viaria en pésimo estado porque desde 2011 a 2013 no ha habido un euro para invertir en infraestructuras viarias, y aquí no hay otra forma de circular que no sea en coche.

Confiamos, y así lo hemos dicho, en Carlos Alonso como buen gestor al frente del Cabildo de Tenerife. No olvidemos que esta Isla recibe casi la mitad de los turistas que llegan cada año a Canarias. La mayoría de esos visitantes se mueven por la Isla. ¿Es esta deficiente red viaria lo que les ofrecemos? ¿Cuándo se va a ejecutar esa prioridad, apuntada también antes por José Luis Delgado, de cerrar cuanto antes el anillo insular?

Los políticos, de forma especial los de Coalición Canaria en estas últimas semanas, siguen más preocupados en darse codazos para ocupar el mejor lugar posible en las listas electorales que en resolver los problemas pendientes. No comprenden que su mejor capital son sus votos, y que estos se consiguen mejorando las condiciones de vida de los ciudadanos.

Ahora, cuando se acerca la cita con las urnas, a todos les entran las prisas por hacerse notar y por recordarles a los ciudadanos que han hecho esto o lo otro. Las mismas mentiras de siempre; las mismas promesas incumplidas.

Los políticos canarios necesitan una renovación sea cual sea el partido en el que militan. Salvo unas pocas excepciones que hoy no citaremos para no crear agravios comparativos, lo mejor que podrían hacer muchos de ellos es dar un paso a un lado y dejar que ocupen su lugar personas más competentes. Jóvenes o no tan jóvenes, porque eso es lo de menos, pero sí más competentes. Lo que cuenta es la eficacia. Y cuando leemos que las carreteras están mal, que las listas de espera para recibir tratamientos hospitalarios siguen igual o peor, cuando el paro -al margen de esas escasas buenas noticias como la que publicábamos ayer, y mencionada al comienzo de este comentario, sobre la creación de empleo en el sector turístico- sigue en cotas alarmantes, y cuando hay que destinar toneladas de alimentos para que coman los niños en las escuelas, cuando leemos todo eso enrojecemos de ira al oír hablar a los políticos de eficacia.