Permitan, ahora que llega agosto y la actividad diaria nos da algún respiro, que reflexione con ustedes, amigos lectores de EL DÍA, sobre lo complicado que resulta a veces tomar decisiones. Ante una situación difícil, negar la evidencia es el peor de los remedios. Es preferible encontrar las claves que nos ayuden a dejar de ser espectadores y pasar a la acción para ganar un futuro mejor.

La política, al igual que la vida, supone afrontar riesgos que no cualquiera se atrevería a asumir, es atreverse a buscar la salida en lugar de estar aguardando un golpe de suerte. Y es dar pasos hacia una meta que, por lejos que parezca estar, necesita que nos impulsemos hacia delante con seguridad. En una palabra, tenemos que tomar las riendas.

En una región como Canarias, y en una ciudad como Santa Cruz de Tenerife, es más necesario, si cabe, que nos arranquemos la venda de los ojos y miremos a nuestro alrededor. Vivimos en una tierra maravillosa y única, llena de oportunidades, con una población emprendedora y muy preparada, que tiene mucho futuro por labrar y no merece liderar el ranking nacional del desempleo mes tras mes y sufrir la mayor presión fiscal de toda España, como si nos hubiesen lanzado una maldición de la que es imposible zafarse.

La respuesta de quienes hoy nos gobiernan, tanto en Canarias como en Santa Cruz, es siempre la misma: sacudir el problema al oponente político, lamentarse de que alguien externo nos maltrata, y seguir esperando, aguantando en la poltrona para repetir como candidatos y repartiendo ayudas sociales como si no hubiera otra forma de gobernar.

Tomar las riendas en Santa Cruz es romper esas ataduras. Es invertir lo que se recauda a través de los elevadísimos impuestos que pagamos los vecinos; es invertir el mucho dinero que viene de otras instituciones, y es exigir las inversiones públicas autonómicas o insulares que nos tocan.

Pero también es crear el marco jurídico y económico necesario para que otros inviertan, porque una ciudad sin inversiones ni actividad empresarial es una ciudad sin empleo. Los indicadores de las dos capitales canarias en 2013, hablan por sí solos, y demuestran que el grupo de Gobierno de CC y PSOE está frenando a Santa Cruz.

En nuestra ciudad solo se dieron 10 licencias de obra mayor nueva, mientras que en Las Palmas de Gran Canaria fueron 46. Cuatro veces más. O nuestras 87 licencias de obra mayor de reforma, por 159 de la otra capital, o las 351 licencias de actividades de una ciudad frente a las casi 900 de la otra.

Es normal, entonces, que en una capital se genere empleo, y en la otra proliferen las ayudas sociales. Retomar la senda del crecimiento requiere unas reformas que algunos no se han atrevido a emprender, porque supondrían remover los cimientos de una forma de gobernar basada en el victimismo y la desidia.

Volvemos, por ello, a hablar de la inseguridad jurídica que campa en una ciudad en la que obtener una licencia lleva meses de papeleo, y en la que, después de 15 años de trámites, se publica un Plan General de Ordenación Urbana incompleto, en el que solo un 15% del suelo puede ser utilizado.

Los datos técnicos son concluyentes: del suelo urbano total de Santa Cruz (23,4 kilómetros cuadrados), el 80% se encuentra suspendido por el fuera de ordenación. Del resto, la mitad está sometida a planes especiales. Esa parte en la que se podría invertir suma una superficie de 4,3 kilómetros cuadrados dividida en 22 sectores de suelo urbanizable, que requieren planes especiales de los que solo hay ordenados tres.

Hay 19 planes por hacer, y a la vista de la pachorra con que se maneja nuestro alcalde y la obsesión obstruccionista y paralizadora de su concejal de Urbanismo, nada hace suponer que vayan a materializarse esta legislatura. Qué mejor manera de definir la forma de gobernar de quienes no han sabido tomar las riendas de su ciudad.

Nuestra capital, después de más de cinco siglos de historia, no aguanta tanta desidia, y ya sabemos por experiencia que negar la crisis no es la solución. En el Partido Popular lo tenemos claro: toca hacer reformas, y toca tomar las riendas.

*Portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Santa Cruz y vicesecretaria regional del PP de Canarias