He colocado en la sala de casa los trofeos que había ganado Nena en sus competiciones de tenis jugados antes de casarnos, todos anteriores al año 50, y que hace un montón de años se recogieron y guardaron, aunque no sabría decir el motivo, igual que hicimos con sus raquetas de tenis Slazinger, que llevan más de medio siglos en sus marcos. Lo que no puedo precisar es cuándo nos los trajimos a la Península de su casa de la Rambla, en Santa Cruz, aunque sí puedo precisar que no fue en el primer viaje que hicimos después de casarnos y pasar la noche de bodas en el chalet que tenía por entonces en Bajamar don Domingo García, a la salida del pueblo y camino de la Punta, casi enfrente de la casita que mi suegro le había regalado a su hija menor, Rosalba, casada dos años antes con el piloto de Iberia Manuel Marañón, sobrino carnal del famoso doctor del mismo apellido.

La casa de Domingo la habíamos utilizado más de una vez la pandilla de Nena en mis vacaciones de fin de año y recuerdo una de las veces en que fuimos a bañarnos y comer junto con Mercedes Keating, Mary Hamilton, Lolita Gorostiza y Ricardo Keating, y cómo este, mientras limpiábamos la cocina y otras habitaciones que habíamos dejado poco menos que llenas de arena que habíamos cogido al bañarnos, entonaba el entonces muy famoso bolero de René Touzet que cantaba la inolvidable Olga Guillot, titulado "No te importe saber", aunque con letra aplicada a las circunstancias del caso como fueron éstas: "No te importe coger / escobita y barrer, / porque luego llega Domingo / y lo encuentra llenito de arena", que ha quedado ya para siempre como el mejor homenaje y recuerdo de un conjunto de amigos ya todos fallecidos.

Esta canción se hizo muy famosa en todo el mundo y fue una de las preferidas del trío Los Huaracheros, que solían cantarla en los bailes de verano en el Club Náutico de Santa Cruz y que un día, ya en los primeros cincuenta, en Madrid, una noche en el restorán Riscal, de la calle Marqués de Riscal esquina a Fortuny, donde ellos tocaban y al que fuimos mi futuro cuñado el irrepetible Opelio Rodríguez, en Madrid de oposiciones, y yo, que estaba en visita de trabajo, y a petición nuestra, la interpretaron, ya que entonces era muy popular en la versión del muy famoso cantante de aquellos años y de siempre Nat King Cole, aunque para mí la que este interpretaba de forma magistral era el bolero "Ansiedad", de Chelique Sarabia.

No nos los llevamos en aquel muy austero "viaje de novios" con destino final en mi puesto de trabajo en La Felguera, Asturias, viaje en el que no salimos de nuestra patria, y donde la máxima aspiración era un viaje a Mallorca, ya que por entonces lo de ir a pasarlas a Canarias no se había inventado todavía ni había casi hoteles donde ir. Tampoco fue en el viaje siguiente, por entonces con penurias alimenticias en general en nuestro país por culpa de la Segunda Guerra Mundial, ya que me acuerdo bien cómo, también por mediación de Domingo García, conseguimos lo que estaba entonces racionado y muy escaso, el aceite de oliva, del que nos trajimos a la Península una lata de marca creo que "La Giralda" que Domingo nos había conseguido y no era cosa de ir, encima, con una serie de copas de plata cuando, entre otras cosas, había que pasar Aduanas a la llegada a Madrid y aquello podía representar un problema.

Esto de las aduanas tenía entonces una importancia tremenda y me acuerdo muy bien de cuando el recientemente fallecido Enrique Fernández Caldas nos ayudó a pasar una vajilla de porcelana comprada en Santa Cruz que dividimos en dos lotes que pasaron sin mayor dificultad pues no nos abrieron siquiera las maletas.

No son todos los trofeos que Nena ganó en su etapa de jugadores de tenis (ignoro dónde fue a parar el resto de ellos), pero sí los que ella más apreciaba, y se refieren a los años 1944 a 1949, trofeos tanto de sencillos damas como de mixtos, en concursos celebrados tanto en el propio Bethencourt Tenis Club, donde ella jugaba normalmente, como en las canchas del Club Náutico, y hasta uno en Las Palmas. Así, del año 1944 tenemos dos copas, una con la inscripción "Frente de Juventudes -IV- Concurso Internacional de Tenis -1944 - Las Palmas", sin mayor precisión, y la otra una copa del Cabildo Insular de Tenerife con la inscripción "Real Club Náutico de Teneri9fe - Campeonato Social - 1944 - Dobles Mixtos".

Del año 1945 también hay dos trofeos, uno con la inscripción, para mí no muy clara, de EXCMO. GRAL. SUBINSPECTOR- Campeonato Insular de Tenerife- Sencillos damas - 1945", mientras que la segunda lleva la siguiente leyenda "EXCMO. CABILDO INSULAR - DE TENERIFE- Campeonato de tenis- Dobles mixtos - 1945". No tengo trofeo del año 1946, aunque sí uno del año siguiente con la inscripción "B.T.C. - Campeonato social - Sencillos damas - 1947". Del año 1948 hay asimismo un trofeo con la leyenda "REAL CLUB NAUTICO DE TENERIFE - VIII CONCURSO INTERNACIONAL DE TENERIFE - Dobles mixtos - 1948", para fnalizar con el año 1949 y asimismo un nuevo trofeo del Bethencourt Tenis Cluib con la inscripción "B.T.C. - Dobles Mixtos - 1949".

La conservación de los trofeos es, eso sí, muy buena y me queda por averiguar quién fue su compañero de juego en los concursos en los que obtuvo trofeo en la modalidad de dobles mixtos. Aún no hace tres años, el infatigable Jorge Lecuona, hijo del exponente máximo del tenis en Canarias, Salvador Lecuona, que ha creado y dirige una asociación ejemplar cuyo fin primordial es la divulgación de este bello deporte, se sirvió conceder, con ocasión del X Trofeo Salvador Lecuona una placa conmemorativa a Emma Cañadas, "Por amor al juego", como reza el lema de la tal asociación, placa que me cupo el orgullo y el honor de recibir en Santa Cruz con motivo de la clausura del torneo del año 2011. Vaya para ellos mi más entusiasta adhesión a la labor que vienen realizando desde hace tantos años.